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Jeremías 13:19 - Nueva Biblia Española (1975)

19 Los poblados del Negueb están cercados, nadie rompe el cerco, todo Judá marcha al destierro, al destierro sin faltar uno.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Las ciudades del Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue transportada, llevada en cautiverio fue toda ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Las ciudades del Neguev cerrarán sus puertas y nadie será capaz de abrirlas. La gente de Judá será llevada cautiva; todos serán llevados al destierro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¡Las ciudades del Negueb han sido cerradas y nadie viene a abrirlas! Todo Judá es deportado, deportado en masa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Las ciudades del Mediodía han sido cerradas, y no hay quien las abra; Todo Judá marcha al destierro, Sin faltar uno son llevados en cautiverio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Las ciudades del sur están cerradas, sin que nadie las abra. Judá todo entero está deportado, ha sido deportado en masa.

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Jeremías 13:19
21 Tagairtí Cros  

El rey de Babilonia los hizo ejecutar en Ribla, provincia de Jamat. Así Marchó Judá al destierro.


Todos los israelitas estaban registrados e inscritos en los Anales del Reino de Israel. Judá, por sus pecados, fue cautivo a Babilonia.


Lo que él destruye, nadie lo levanta; si él aprisiona, no hay escapatoria;


Vendrán de los pueblos de Judá, de la comarca de Jerusalén, del territorio de Benjamín, de la Sefela, de la Sierra, del Negueb, y entrarán en el templo del Señor con holocaustos, sacrificios, ofrendas e incienso en acción de gracias.


pues así dice el Señor: Serás el pavor tuyo y de tus amigos, que caerán a espada enemiga, ante tu vista; entregaré a todos los judíos en poder del rey de Babilonia, que los desterrará a Babilonia y los matará con la espada.


El Señor me mostró dos canastas de higos colocadas delante del santuario del Señor. (Era después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, desterró a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, con los dignatarios de Judá, y a los artesanos y maestros de Jerusalén, y se los llevó a Babilonia).


A Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los judíos desterrados en Babilonia yo los haré volver a este lugar -oráculo del Señor- . Porque romperé el yugo del rey de Babilonia.


Se comprarán campos con dinero, ante testigos, se escribirá y sellará el contrato en el territorio de Benjamín y en el distrito de Jerusalén, en las poblaciones de Judá, de la Sierra, de la Sefela y del Negueb, porque cambiaré su suerte -oráculo del Señor- .


Por las poblaciones de la Sierra, de la Sefela, del Negueb, por el territorio de Benjamín, por el distrito de Jerusalén y por las ciudades de Judá, todavía pasarán las ovejas junto al que las cuenta -dice el Señor-.


Al resto del pueblo que había quedado en Jerusalén y a los que se habían pasado a ellos, los llevó a Babilonia desterrados Nabusardán, jefe de la guardia.


El rey de Babilonia los hizo ejecutar en Ribla, provincia de Jamat. Así marchó Judá al destierro.


Este es el número de los deportados por Nabucodonosor: el año séptimo, tres mil veintitrés judíos;


el año vigésimo tercero de Nabucodonosor, deportó Nabusardán, jefe de la guardia, setecientos cuarenta y cinco judíos. Total, cuatro mil seiscientos.


Judá marchó al destierro, humillada y en dura esclavitud; hoy habita entre paganos, sin encontrar reposo; los que la perseguían le dieron alcance y la cercaron.


Recuerden las palabras que proclamaba el Señor por medio de los antiguos profetas, cuando todavía estaban habitados y en paz Jerusalén, los pueblos de su comarca, el Negueb y la Sefela.


Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos y mandatos que yo te mando hoy, irán viniendo sobre ti, hasta darte alcance, todas estás maldiciones:


que te sitiará en todas tus ciudades, hasta que se derrumben las altas y sólidas murallas que creías tu seguridad en toda tu tierra; te sitiará en todas tus ciudades, por toda la tierra que va a darte el Señor, tu Dios;


Dividirán el país en siete lotes. Judá seguirá en su territorio, al sur, y la casa de José en el suyo, al norte.


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