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Jeremías 11:11 - Nueva Biblia Española (1975)

11 Por eso, así dice el Señor: Yo les enviaré una calamidad que no podrán rehuir; me gritarán y no los oiré.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Por lo tanto, esto dice el Señor: traeré calamidad sobre ellos y no habrá escapatoria posible. Aunque supliquen misericordia, no escucharé sus ruegos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Por eso, así habla Yavé: Les voy a mandar una catástrofe de la cual nadie podrá escapar. Y aunque me pidan auxilio, no los ayudaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Por tanto así dice YHVH: He aquí Yo traigo un mal sobre ellos del cual no podrán escapar; clamarán a mí, pero no los escucharé.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Por eso, así dice Yahveh: mirad: voy a traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar, y entonces clamarán a mí, pero no los escucharé.

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Jeremías 11:11
35 Tagairtí Cros  

Así dice el Señor: 'Yo voy a traer la desgracia sobre este lugar y todos sus habitantes; todas las maldiciones de este libro que ha leído el rey de Judá;


Así dice el Señor: Yo voy a traer la desgracia sobre este lugar y sus habitantes, todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá.


porque Dios no escucha la falsedad, el Todopoderoso no le hace caso


Pedían auxilio, nadie los salvaba; gritaban al Señor, nadie respondía.


Si hubiera tenido yo mala intención


entonces llamarán, y no los escucharé; me buscarán, y no me encontrarán.


El hombre reacio a las reprensiones fracasará de improviso y sin remedio.


Cuando extienden las manos, cierro los ojos; aunque multipliquen las plegarias, no los escucharé. Sus manos están llenas de sangre.


Pánico y zanja y cepo contra ti, habitante de la tierra;


Y tú no intercedas por este pueblo, no supliques a gritos por él, que no escucharé cuando me invoquen en la hora aciaga.


El Señor de los ejércitos, que te plantó, pronuncia una amenaza contra ti, por la maldad de Israel y de Judá, que me irritaron quemando incienso a Baal.


Si ayunan, no escucharé sus gritos; si ofrecen holocaustos y ofrendas, no los aceptaré; con espada, hambre y peste yo los consumiré.


Se enluta Judá, desfallecen sus puertas, se inclinan sombrías, Jerusalén lanza gritos.


Y si te preguntan adonde han de salir, diles: Así dice el Señor: El destinado a la muerte, a la muerte; el destinado a la espada, a la espada; el destinado al hambre, al hambre; el destinado al destierro, al destierro.


Y ahora habla a los judíos y a los vecinos de Jerusalén: Así dice el Señor: Yo, el alfarero, les preparo un castigo y medito un plan contra ustedes. Que se convierta cada cual de su mala conducta, enmienden su conducta y sus acciones.


Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre esta ciudad y su comarca todos los males con que la he amenazado, porque se pusieron tercos y no escucharon mis palabras.


Di: Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá y vecinos de Jerusalén: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre este lugar una catástrofe que a quien la oiga le zumbarán los oídos;


pues su camino se volverá resbaladizo, empujados a las tinieblas caerán en ellas; les enviaré la desgracia el año de la cuenta -oráculo del Señor- .


no hay escapatoria para los pastores, no hay salida para los mayorales del rebaño.


Por eso, así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré caer sobre Judá y sobre los habitantes de Jerusalén todas las amenazas que he pronunciado contra ellos, porque les hablé, y no me escucharon; los llamé, y no me respondieron.


Castigaré sus crímenes en él, en su descendencia y en sus siervos, y haré venir sobre ellos y sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los judíos todas las amenazas con que los he conminado, sin que ellos me escucharan.


escucha tierra: Yo traigo contra este pueblo una desgracia, resultado de sus planes, porque despreciaron mis palabras, rechazaron mi Ley.


Convocaste, como para una fiesta, terrores que me cercan: el día de tu ira nadie pudo salvarse ni escapar. A los que yo crié y alimenté los aniquiló el enemigo'.


Hijo de Adán, esos hombres se han puesto a pensar en sus ídolos y se han imaginado algo que les hace caer en pecado: ¿voy a permitir que me consulten?


Esto dice el Señor: Se avecina desgracia tras desgracia:


Pues también yo actuaré con cólera, no me apiadaré ni perdonaré; me invocarán a voz en grito, pero no los escucharé.


Como cuando huye uno del león y topa con el oso, o se mete en casa, apoya la mano en la pared y le pica la culebra.


Pues cuando griten al Señor, no les responderá, les ocultará el rostro entonces por sus malas acciones.


y dijo: 'Como no escucharon cuando yo los llamaba, no los escucharé cuando me llamen'.


Cuando estén diciendo 'hay paz y seguridad', entonces les caerá encima de improviso el exterminio, como los dolores a una mujer encinta, y no podrán escapar.


EL es reflejo de su gloria, impronta de su ser; él sostiene el universo con la palabra potente de Dios; y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de su Majestad en las alturas,


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