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Gálatas 3:13 - Nueva Biblia Española (1975)

13 El Mesías nos rescató de la maldición de la Ley, haciéndose por nosotros un maldito, pues dice la Escritura: 'Maldito todo el que cuelga de un palo';

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Biblia Reina Valera 1960

13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la Ley, al hacerse maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 El Mesías nos libertó de la maldición de la ley, hecho maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.

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Gálatas 3:13
43 Tagairtí Cros  

Mientras tanto, Ajitófel, viendo que no se había aceptado su consejo, aparejó el burro y se marchó a casa, a su pueblo; hizo testamento, se ahorcó y murió. Lo enterraron en la sepultura familiar.


Lo vio uno y avisó a Joab: ¡Acabo de ver a Absalón colgado de una encina!


El rey David los convocó y les dijo: ¿Qué puedo hacer por ustedes y cómo puedo indemnizarlos, de modo que bendigan la heredad del Señor?


se los entregó a los gabaonitas, que los colgaron en el monte, ante el Señor. Murieron los siete a la vez; fueron ajusticiados durante la siega, al comienzo de la siega de la cebada.


'Puesto que al oír, la lectura lo has sentido de corazón y te has humillado ante el Señor, al oír mi amenaza contra este lugar y sus habitantes, que serán objeto de espanto y de maldición; puesto que te has rasgado las vestiduras y llorado en mi presencia, también yo te escucho -oráculo del Señor- .


Ahorcaron a Aman en la horca que había levantado para Mardoqueo, y la cólera del rey se calmó.


El rey ordenó que se hiciera así: se prorrogó el decreto en Susa y colgaron a los diez hijos de Aman.


El Señor ya no podía soportar sus malas acciones, las abominaciones que cometían; por eso se convirtió su tierra en ruina y espanto y maldición, sin habitantes hasta hoy:


Lo juro por mí mismo -oráculo del Señor- : Bosra se convertirá en espanto, oprobio, ruina, maldición; todos sus pueblos serán ruinas perpetuas.


Setenta semanas están decretadas para tu pueblo y tu ciudad santa; para encerrar el delito, sellar el pecado, expiar el crimen, para traer una justicia perenne, para sellar la visión y al profeta y ungir el lugar santísimo.


Pasadas las sesenta y dos semanas matarán al ungido inocente; vendrá un príncipe con su tropa y arrasará la ciudad y el templo. El final será un cataclismo, y hasta el fin están decretadas guerra y destrucción.


¡Arriba, espada, contra mi pastor, contra mi ayudante! -oráculo del Señor- de los ejércitos-. Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas; volveré mi mano contra los zagales.


que esto es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos para el perdón de los pecados.


Entonces arrojó las monedas hacia el santuario y se marchó; luego fue y se ahorcó.


El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes asesinaron colgándolo de un madero.


entregado por nuestros delitos y resucitado para nuestra rehabilitación.


pues, por el bien de mis hermanos, los de mi raza y sangre, quisiera ser yo mismo un proscrito lejos del Mesías.


Al que no tenía que ver con el pecado, por nosotros lo cargó con el pecado, para que nosotros, por su medio, obtuviéramos la rehabilitación de Dios.


Miren: los que se apoyan en la observancia de la Ley llevan encima una maldición, porque dice la Escritura: 'Maldito el que no se atiene a todo lo escrito en el libro de la ley y lo cumple'


para rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que recibiéramos la condición de hijos.


y vivan en mutuo amor, igual que el Mesías les demostró su amor entregándose por ustedes, ofreciéndose a Dios como sacrificio fragante.


su cadáver no quedará en el árbol de noche; lo enterrarás aquel mismo día, porque Dios maldice al que cuelga de un árbol, y no debes contaminar la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en heredad.


del que se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda clase de maldad y purificarse un pueblo elegido, entregado a hacer el bien.


y por medio de sangre no de cabras y becerros, sino suya propia, entró de una vez para siempre al santuario, consiguiendo una liberación irrevocable.


Por esa razón es mediador de una alianza nueva: para que, después de una muerte que librara de los delitos cometidos con la primera alianza, los llamados puedan recibir la herencia eterna, objeto de la promesa.


si no habría tenido que sufrir muchas veces desde que se creó el mundo. De hecho, su manifestación ha tenido lugar una sola vez, al final de la historia, para abolir con su sacrificio el pecado.


así también el Mesías se ofreció una sola vez, para quitar los pecados de tantos; la segunda vez, ya sin relación con el pecado, se manifestará a los que lo aguardan para salvarlos.


El en su persona subió nuestros pecados a la cruz, pata que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la honradez: 'sus llagas los curaron'.


Porque también el Mesías sufrió una vez por los pecados, el inocente por los culpables, para llevarnos a Dios; sufrió la muerte en su cuerpo, pero recibió vida por el Espíritu.


Por esto existe el amor: no porque amáramos nosotros a Dios, sino porque él nos amó a nosotros y envió a su Hijo para que expiara nuestros pecados.


y de parte de Jesús el Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y con su sangre nos rescató de nuestros pecados,


Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero degollado.


cantaban un cántico nuevo: Tú mereces recibir el rollo y soltar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre adquiriste para Dios hombres de toda raza y lengua, pueblo y nación;


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