Fue traído hasta Jesús un hombre con espíritu de enfermedad que estaba ciego y mudo. Jesús lo sanó, de tal modo que el hombre empezó a hablar y a ver.
Mateo 8:16 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y Jesús expulsó a los espíritus con su palabra, y a todos los que estaban con algún tipo de mal, los sanó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; Biblia Nueva Traducción Viviente Aquella noche, le llevaron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malignos con una simple orden y sanó a todos los enfermos. Biblia Católica (Latinoamericana) Al atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos. La Biblia Textual 3a Edicion Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, y con su° palabra echó los demonios y sanó a todos los enfermos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegada la tarde, le presentaron muchos endemoniados. Expulsó con su palabra a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y caída la tarde, trajeron a Él muchos endemoniados; y con su palabra echó fuera a los espíritus, y sanó a todos los que estaban enfermos: |
Fue traído hasta Jesús un hombre con espíritu de enfermedad que estaba ciego y mudo. Jesús lo sanó, de tal modo que el hombre empezó a hablar y a ver.
Jesús desembarcó, vio a la gente, y sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos.
Jesús tocó su mano y la fiebre desapareció de inmediato; luego, ella se levantó de su cama y sirvió a Jesús.
Los que apacentaban a los cerdos huyeron, y cuando llegaron a la ciudad contaron todas las cosas que les había pasado a los cerdos y a los endemoniados.
En ese momento, le trajeron a un paralítico acostado en una camilla y cuando Jesús vio la fe de ellos, dijo al paralítico: – ¡Ten ánimo, hijo! Tus pecados te son perdonados.
El hombre gritaba así porque Jesús le había dicho: – ¡Sal de este hombre, espíritu maligno!
Jesús vio que la multitud se acercaba rápidamente, y reprendió al espíritu maligno, diciendo: – Espíritu de enfermedad que estás causando la mudez y la sordera en este muchacho, te ordeno que salgas y nunca más entres en él.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: – ¡Mujer, quedas libre de tu enfermedad!
Cerca del anochecer, todos los que estaban enfermos, con diferentes dolencias, fueron llevados hasta Jesús, y Él ponía las manos sobre cada uno de ellos y los sanaba.
También expulsaba los demonios de muchas personas y ellos salían gritando: – Tú eres el Hijo de Dios. Pero Jesús no permitía que ellos hablaran, pues sabían que Él era el Mesías.
sacaban a los enfermos a las calles y los ponían en camas y camillas, para que cuando viniera Pedro, al menos su sombra los cubriese a algunos de ellos.