y fue transfigurado delante de ellos, y su rostro brilló como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz,
Mateo 17:1 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Después de seis días, Jesús tomó a Pedro, Santiago y su hermano Juan, y los llevó en privado a una montaña muy alta; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; Biblia Nueva Traducción Viviente Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los dos hermanos, Santiago y Juan, y los llevó a una montaña alta para estar a solas. Biblia Católica (Latinoamericana) Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. La Biblia Textual 3a Edicion Y después de seis° días, Jesús toma consigo a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte muy alto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Seis días después, toma Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva con él a un monte alto y apartado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de seis días, Jesús tomó a Pedro, y a Jacobo, y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto: |
y fue transfigurado delante de ellos, y su rostro brilló como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz,
Y Jesús invitó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, para que lo acompañasen, pues empezó a angustiarse profundamente y a sentir una tristeza agonizante.
Jesús estaba sentado en el Monte de los Olivos, frente al templo, entonces Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado:
Y no dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, hermano de Santiago.
Cuando llegaron a la casa, no dejó que nadie entrara con Él, solo dejó entrar a Pedro, Juan, Santiago y a los padres de la niña.
Esta es la tercera vez que voy a visitarlos y recuerden lo que dicen las Escrituras: “Por cada acusación que hagan, tiene que haber por lo menos dos o tres testigos”.
Porque no hemos inventado cuentos sobre la poderosa presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino que nosotros mismos hemos vivido y experimentado su majestad.