Porque en la resurrección, ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como ángeles en el cielo.
Lucas 20:36 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Porque ya no podrán morir más, serán como ángeles y como fueron resucitados y transformados, serán hijos de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Biblia Nueva Traducción Viviente ni volverán a morir. En este sentido, serán como ángeles. Ellos son hijos de Dios e hijos de la resurrección. Biblia Católica (Latinoamericana) Además ya no pueden morir, sino que son como ángeles. Son también hijos de Dios, por haber nacido de la resurrección. La Biblia Textual 3a Edicion pues no pueden ya más morir,° porque son como ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque no pueden ya morir, pues serán semejantes a ángeles; y son hijos de Dios, pues son hijos de la resurrección. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque no pueden morir ya más; pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. |
Porque en la resurrección, ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como ángeles en el cielo.
Cuando los muertos resuciten, ni se casarán, ni se unirán en compromiso con nadie, porque todos serán como ángeles en el cielo.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Así también es la resurrección de los muertos; lo que se siembra en mortalidad resucita en inmortalidad;
Y así como llevamos la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
quien transformará nuestro cuerpo terrenal y de humillación, haciéndonos conforme a su cuerpo glorificado, a través de la eficacia de su poder, que sometió a todas las cosas por Él y para Él.
Plenamente felices y santos los que participan en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años.
Él enjugará toda lágrima de sus ojos; ya no existirá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”.
Pero él me dijo: “¡No hagas eso! Yo solo soy un siervo como tú y tus hermanos, los profetas y todos los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.