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Lucas 10:35 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Al otro día, sacó dos monedas, se las dio al dueño de la posada y le dijo: “Cuídalo mucho y todo lo que gastes de más, cuando regrese te lo devolveré”.

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Biblia Reina Valera 1960

Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: 'Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y al día siguiente, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero, y le dijo: Cuídalo, y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero diciéndole: 'Cuida de él; y lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando vuelva'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuida de él; y todo lo que de más gastares, yo cuando vuelva te lo pagaré.

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Lucas 10:35
7 Tagairtí Cros  

Cuando aquel empleado salió de la presencia de su rey, encontró a un compañero que le debía cien denarios, y lo agarró y casi lo ahogaba, diciéndole: – Págame lo que me debes.


Y se puso de acuerdo con los trabajadores para pagarles un denario al día y los envió a su viñedo.


y acercándose, sanó sus heridas, derramó sobre ellas aceite y vino y las vendó, lo montó sobre su caballo y lo llevó a una posada para cuidarlo.


Luego de contarle la historia, Jesús preguntó al experto de la ley: – A ver, dime, de los tres hombres que pasaron por el camino, ¿cuál fue el prójimo del que fue asaltado y estaba casi muerto?


Cuando hagas una fiesta, invita a los pobres, a los discapacitados, a los lisiados, a los ciegos;


Los saluda Gayo, quien con su generosa hospitalidad me ha recibido en su casa, donde también se reúne la iglesia. También los saludan Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto.