Ellos dijeron: – Señor, danos siempre ese pan.
Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
—Señor —le dijeron—, danos ese pan todos los días.
Ellos dijeron: 'Señor, danos siempre de ese pan.
Ellos le dijeron: ¡Señor, danos siempre ese pan!
Respondiéronle ellos: 'Señor, danos siempre ese pan'.
Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
Ella le dijo: – Señor, dame de esa agua, para no tener sed y tampoco tener que regresar a este pozo para sacar agua jamás.
Jesús respondió: – En verdad, en verdad les digo, me buscan no porque vieron las señales en el milagro que hice, sino porque comieron y se saciaron.
El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien es bendito por siempre, sabe que no estoy mintiendo.