La vara de medir, no la quebrará, y el pábilo que humea, no lo apagará, hasta que triunfe la justicia;
Hebreos 4:15 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda empatizar y compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Biblia Nueva Traducción Viviente Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. Biblia Católica (Latinoamericana) Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado. La Biblia Textual 3a Edicion Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que ha sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero° sin pecado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante a nosotros, pero sin pecado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. |
La vara de medir, no la quebrará, y el pábilo que humea, no lo apagará, hasta que triunfe la justicia;
Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu, para ser tentando por el diablo.
Allí permaneció durante cuarenta días, donde fue tentado por el diablo, y no comió nada durante este tiempo; cuando se terminaron esos cuarenta días, tuvo hambre.
¿Quién de ustedes puede señalarme un pecado que yo haya cometido? Siempre he dicho la verdad. ¿Por qué no me creen?
En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios se donó a sí mismo a través de su Hijo que vino en una condición humana, semejante a la de los pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado y por medio de la humanidad de Cristo, Dios derrotó al pecado.
Cristo no conoció el pecado, pero a favor de nosotros se hizo pecado, para que nosotros tuviéramos nuestra identidad justificada delante de Dios.
Por lo tanto, teniendo a Jesús, el Hijo de Dios, como nuestro gran Sumo Sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.
Además, debe tratar con paciencia a los ignorantes y pecadores, ya que él mismo está sujeto a las debilidades y limitaciones de la existencia humana;
Nos convenía tener un Sumo Sacerdote así: santo, que no tiene maldad, puro, sin pecado y exaltado sobre los cielos;
así también Cristo murió una sola vez para perdonar los pecados de muchos. Así que, la próxima vez que Él se manifieste, ya no será para ofrecerse por los pecados, sino que el resultado para todos los que están esperando encontrarlo será la salvación plena.
Y ustedes saben que Jesucristo fue revelado con el propósito de limpiarnos de nuestros pecados, ya que en Él no existe pecado.