Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el etíope no lo volvió a ver; y siguió su camino muy alegre.
Apocalipsis 21:10 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Y me llevó en espíritu a lo alto de una montaña y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, desde Dios; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, Biblia Nueva Traducción Viviente Así que me llevó en el Espíritu a una montaña grande y alta, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, desde la presencia de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios, La Biblia Textual 3a Edicion Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la° ciudad santa, Jerusalem,° descendiendo del cielo, de Dios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me llevó en espíritu a un monte grande y elevado y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, de parte de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios, |
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el etíope no lo volvió a ver; y siguió su camino muy alegre.
En cambio, Sara representa el nuevo pacto, que corresponde a la Jerusalén celestial que es como la mujer libre y ella es nuestra madre.
En el día del Señor, el Espíritu se apoderó de mí y oí una voz fuerte como el sonido de una trompeta que provenía de atrás;
pero no incluyas el atrio exterior del templo, no lo midas, porque ha sido entregado a los paganos, los cuales profanarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
Luego el ángel me llevó en el espíritu a un desierto; allí vi a una mujer cabalgando en una bestia roja; la bestia tenía nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos;
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente adornada para su novio.
Al vencedor, lo haré columna del templo de mi Dios y ya no saldrá de allí; escribiré en él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la que baja del cielo de parte de mi Dios; también grabaré en él mi nuevo nombre.
Inmediatamente, el Espíritu se apoderó de mí y vi un trono en el cielo y alguien estaba sentado en el trono;