Porque la palabra de Dios es viva, eficaz, poderosa y es más cortante que una espada de dos filos, que penetra con tanta profundidad que llega hasta la división del alma y del espíritu, articulaciones y médula, e incluso juzga los pensamientos e intenciones del corazón.
En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una espada aguda de doble filo; su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor.
De su boca sale una espada aguda para herir a las naciones; las pastoreará con vara de hierro y exprimirá las uvas en el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso.
Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y camina en medio de los siete candelabros de oro:
Por lo tanto, ¡arrepiéntete, cambia tu manera de pensar para que cambie tu conducta! Si no, pronto vengo hacia ti para pelear contra ellos con la espada de mi boca.