la bestia y los diez cuernos que viste odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene dejándola desnuda y sola; se comerán su carne y la quemarán.
Apocalipsis 18:19 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Se echaron polvo en la cabeza, llorando, lamentándose y gritando: “¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad, que por su consumismo y poder se enriquecieron todos los dueños de barcos y los que trabajaban en el mar! ¡En solo una hora ha sido desolada!”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! Biblia Nueva Traducción Viviente Y llorarán y echarán tierra sobre su cabeza para mostrar su dolor y clamarán: «¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad! Los dueños de barcos se hicieron ricos transportando por los mares la gran riqueza de ella. En un solo instante, se esfumó todo». Biblia Católica (Latinoamericana) Y echando polvo sobre su cabeza, decían llorando y lamentándose:
'¡Ay, ay de la Gran Ciudad, donde se hicieron muy ricos, gracias a su lujo, cuantos tenían naves en el mar! ¡En una hora ha quedado devastada!' La Biblia Textual 3a Edicion Y echaron polvo sobre sus cabezas, y gritaban llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad! ¡Todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron con su opulencia, y en una hora fue desolada!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Echaron polvo sobre sus cabezas y gritaban llorando y lamentándose, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de cuya opulencia se enriquecieron cuantos tenían las naves en el mar! Porque en una hora quedó desierta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y echaron polvo sobre sus cabezas; y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; porque en una hora ha sido desolada! |
la bestia y los diez cuernos que viste odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene dejándola desnuda y sola; se comerán su carne y la quemarán.
con mucho miedo, al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y se lamentarán: “¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora vino tu juicio!”.
Pues ella hizo que todas las naciones bebieran del excitante vino de su inmoralidad sexual; los reyes de la tierra se prostituyeron con ella y los comerciantes se hicieron ricos con la extravagancia de sus lujos”.
Por lo tanto, en un solo día vendrán sus plagas: muerte, hambre y llanto, y con fuego será quemada, pues fuerte es el Señor Dios el que la juzga”.