―Bien, ¿te fijaste en mi siervo Job? —preguntó el Señor—. Es el mejor hombre de toda la tierra; hombre que me teme y se abstiene de todo mal. Ha mantenido su fe en mí no obstante haberme incitado tú a que te dejara perjudicarlo sin causa alguna.
Tito 1:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Su fe en las verdades que hemos enseñado debe ser firme, para que pueda enseñarlas y convencer a los que la contradicen, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Biblia Nueva Traducción Viviente Debe tener una fuerte creencia en el mensaje fiel que se le enseñó; entonces podrá animar a otros con la sana enseñanza y demostrar a los que se oponen en qué están equivocados. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando habla, que esté apegado a lo que es seguro, de acuerdo con la doctrina, y sea capaz de predicar la sana doctrina y al mismo tiempo sepa rebatir a los que la atacan. La Biblia Textual 3a Edicion que retenga firmemente la palabra fiel, conforme a la doctrina, a fin de que sea capaz de exhortar con sana enseñanza y de refutar a los que contradicen.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 adherido firmemente a la palabra auténtica, conforme a la enseñanza recibida, para que así también él sea capaz de exhortar con una enseñanza saludable y refutar a los contrarios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) retenedor de la palabra fiel como le ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradicen. |
―Bien, ¿te fijaste en mi siervo Job? —preguntó el Señor—. Es el mejor hombre de toda la tierra; hombre que me teme y se abstiene de todo mal. Ha mantenido su fe en mí no obstante haberme incitado tú a que te dejara perjudicarlo sin causa alguna.
No soy un pecador; lo repito una y otra vez. Mi conciencia estará limpia mientras viva.
Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el entendimiento ¡y nunca los vendas!
porque él refutaba ardientemente y en público a los judíos, y demostraba por medio de las Escrituras que Jesús era el Mesías.
Pero si todos profetizan y un incrédulo o uno que no entiende de estas cosas entra, se sentirá reprendido y juzgado por todos;
Con esto en mente, hermanos, permanezcan aferrados firmemente a la verdad que les hemos enseñado en nuestras cartas y durante el tiempo que pasamos con ustedes.
para los adúlteros y los homosexuales, para los que trafican con vidas humanas, para los mentirosos y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana enseñanza
Este mensaje es verdadero y todo el mundo debe creerlo: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Aférrate a la fe en Cristo y conserva limpia tu conciencia. Hay quienes desobedecen la voz de su conciencia y han naufragado en la fe.
Si alguien enseña falsas doctrinas y se aparta de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de lo que enseña la verdadera religión,
Ten por norma las sanas verdades que te enseñé, especialmente las concernientes al amor y a la fe en Cristo.
Lo que me has oído decir en presencia de muchos, enséñalo a creyentes de confianza que, a su vez, lo puedan enseñar a otros.
Debe corregir con mansedumbre a los que se le oponen, con la esperanza de que Dios les conceda que se arrepientan y conozcan la verdad.
Pero tú sigue firme en lo que has aprendido, de lo que estás convencido. Ya sabes de quiénes lo aprendiste.
Llegará el momento en que la gente no querrá escuchar la sana enseñanza, sino que, guiada por sus propios deseos, se rodeará de maestros que le digan lo que desea oír.
Es preciso taparles la boca, pues en su afán por ganar dinero enseñando lo que no deben, ya han apartado de la verdad a varias familias.
Amados, me había propuesto escribirles acerca de la salvación que Dios nos ha dado; pero ahora es preciso escribirles para que luchen y defiendan con firmeza la verdad que Dios, una vez y para siempre, dio a su santo pueblo.
Vengo pronto. Retén firmemente lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.
Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.