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Apocalipsis 2:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 Eso sí, retengan firmemente lo que tienen hasta que yo vaya.

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Biblia Reina Valera 1960

25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 solo que retengan con firmeza lo que tienen hasta que yo venga.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Pero mantengan lo que tienen hasta que yo venga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Sin embargo lo que tenéis, retenedlo seguro hasta que Yo venga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 sino la que tenéis, mantenedla hasta que yo venga.

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Apocalipsis 2:25
16 Tagairtí Cros  

Y si me voy a prepararles un lugar, volveré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.


Uno de ellos, Ágabo, se puso de pie y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo (predicción que se cumplió durante el reinado de Claudio).


No finjan amar; amen de veras. Aborrezcan lo malo; pónganse de parte del bien.


Cada vez que comen este pan y beben de esta copa, están anunciando que Cristo murió por ustedes. Háganlo hasta que él venga.


Por eso, no se precipiten a sacar conclusiones sobre si alguien es buen siervo o no. Esperen a que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Cuando ese momento llegue, cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


Pónganlo todo a prueba, pero retengan sólo lo bueno.


Sigamos firmes en la esperanza que profesamos, porque él cumplirá la promesa que nos hizo.


En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.


En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él.


Pero el día del Señor llegará como un ladrón. En aquel día, los cielos desaparecerán en medio de un estruendo espantoso, los cuerpos celestes serán destruidos por fuego, y la tierra y lo que en ella hay desaparecerán envueltos en llamas.


¡Miren! ¡Viene en las nubes, ante los ojos de la humanidad entera, y hasta los que lo traspasaron lo verán! Y las naciones de la tierra llorarán de pesar por él. ¡Amén! ¡Que así sea!


El que da testimonio de estas cosas declara: «Sí, vengo pronto». ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!


«Vengo pronto. ¡Bendito el que cree las palabras proféticas que están escritas en este libro!».


Vengo pronto. Retén firmemente lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.


Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.


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