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Proverbios 22:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

El que es generoso será bendecido, porque comparte su comida con los pobres.

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Biblia Reina Valera 1960

El ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Benditos son los generosos, porque alimentan a los pobres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El hombre compasivo será bendito: supo compartir su pan con el pobre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El que tiene ojo generoso será bendecido, Porque repartió su pan con el pobre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El hombre bondadoso será bendecido, porque da su pan al pobre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El de ojo generoso será bendito, porque da de su pan al necesitado.

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Proverbios 22:9
29 Tagairtí Cros  

Dan generosamente a los necesitados. Sus buenas acciones jamás serán olvidadas. Tendrán influencia y honra.


El que es bondadoso se beneficia a sí mismo, pero el que es cruel se destruye.


El que es generoso, prospera; el que da a otros, a sí mismo se enriquece.


El que busca el bien, encontrará buena voluntad; pero el que busca el mal, a él lo encontrará el mal.


Despreciar al prójimo es un pecado; feliz el que se compadece de los pobres.


Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.


El que cierra sus oídos a los clamores del pobre no será escuchado cuando él tenga necesidad.


El que roba a su padre o a su madre y dice: «¿Qué hay de malo en eso?», es amigo de criminales.


El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido.


Les tiende su mano en ayuda a los pobres y necesitados.


Pero los buenos serán generosos con el prójimo, y Dios los bendecirá por todo lo que hacen.


los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.


Lo mejor es que cuando des un banquete, invites a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.


Y les fui un ejemplo constante de cómo se debe ayudar a los pobres y recordar las palabras del Señor Jesús que dicen: “Hay más dicha en dar que en recibir”».


La mujer más tierna y delicada de tu pueblo, que no se habría atrevido a posar su pie desnudo en tierra, no querrá compartir su comida con el esposo que ama, ni con su hijo, ni con su hija. Esconderá de ellos la placenta y el bebé que acaba de nacer a fin de comérselo ella sola. Tan terrible será el hambre que habrá en el sitio y la terrible angustia causada por tus enemigos en tus puertas.


No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.


Dios no es injusto. ¿Cómo podría él olvidar el ardor con que ustedes han trabajado o el amor que le han demostrado y le siguen demostrando al ayudar a los del pueblo santo?


Recíbanse unos a otros en sus casas, sin hablar mal de nadie.