Después de haber terminado todo lo que se había propuesto hacer, Dios descansó el séptimo día.
Números 19:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Esto se hará los días tercero y séptimo. Enseguida la persona impura lavará su ropa, se bañará y en la noche quedará libre de su contaminación. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. Biblia Nueva Traducción Viviente La persona ceremonialmente pura rociará el agua sobre los que quedaron contaminados el tercer y el séptimo día. Después, el séptimo día, las personas en proceso de purificación deben lavar sus ropas y bañarse. Entonces esa noche quedarán limpios de su contaminación. Biblia Católica (Latinoamericana) El hombre puro rociará al que está impuro al tercero y séptimo día; el séptimo día este último hará la expiación. Lavará sus ropas y se bañará en agua, y a la tarde quedará puro. La Biblia Textual 3a Edicion Al tercero y al séptimo día, el que está limpio rociará al impuro, y cuando lo haya purificado al séptimo día, lavará sus vestidos y se bañará en agua, y en la tarde quedará limpio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El hombre puro rociará al impuro el tercero y el séptimo día; y cuando lo haya purificado el día séptimo, el impuro lavará sus vestidos, se bañará y por la tarde ya será puro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la persona limpia rociará sobre el inmundo al tercer día, y al séptimo día. Y en el séptimo día él se purificará a sí mismo, y lavará sus vestiduras, y se lavará a sí mismo con agua, y será limpio a la tarde. |
Después de haber terminado todo lo que se había propuesto hacer, Dios descansó el séptimo día.
Desciende ahora y haz que el pueblo se prepare para mi visita. Santifícalos hoy y mañana; y haz que laven su ropa.
Entonces será como si yo hubiera esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será lavada, y sus homenajes a los ídolos será cosa del pasado.
A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.
Al séptimo día volverá a afeitarse la cabeza, la barba y las cejas, lavará su ropa y se bañará, y después esa persona será declarada completamente curada, y será declarada definitivamente limpia.
Al tercer y al séptimo días, se purificará con agua, agua que habrá pasado por las cenizas de la ternera alazana, y quedará limpio; pero si no lo hace, continuará estando impuro aun después del séptimo día.
Cualquiera que toque un cadáver y no se purifique de la manera especificada, habrá profanado la santidad del santuario del Señor, y será excomulgado de Israel. Por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, continúa en su impureza.
Entonces una persona que no esté impura tomará de una rama de hisopo, y la mojará en agua y rociará la tienda y todos los muebles que haya en la tienda, y todas las personas que se hayan contaminado por haber estado en la tienda. También rociará a las personas contaminadas por haber tocado un hueso, o por haber tocado a alguien que ha sido asesinado o que ha muerto de muerte natural, o por haber tocado una tumba.
»Y en cuanto a ustedes, quédense fuera del campamento por siete días todos los que hayan matado a alguien o hayan tocado un cuerpo muerto. Purifíquense ustedes y los cautivos en los días tercero y séptimo.
En el día séptimo deben lavar la ropa que traen puesta, y después de purificarse pueden regresar al campamento».
Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.
Y puesto que es así, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, ya que en nuestro interior hemos sido purificados de una mala conciencia y exteriormente hemos sido lavados con agua pura.
Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo, y la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpiará de todo pecado.
salven a otros, arrebatándolos del fuego. Y en cuanto a los demás, sean bondadosos con ellos, pero tengan cuidado y no se dejen arrastrar por sus pecados.