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Levítico 14:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.

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Biblia Reina Valera 1960

7 y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Luego el sacerdote rociará la sangre del ave muerta siete veces sobre la persona que está siendo purificada de la enfermedad cutánea. Después de purificar a la persona, el sacerdote soltará el ave viva en el campo abierto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, y tras declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra y lo declarará limpio. Luego dejará ir a la avecilla viva sobre la faz del campo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 rociará siete veces al que ha de purificarse de la lepra, lo declarará puro y soltará el ave viva en pleno campo.

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Levítico 14:7
29 Tagairtí Cros  

Entonces el profeta le mandó a decir que fuera a lavarse siete veces en el río Jordán, y que así sanaría de su lepra.


Entonces Naamán fue al río Jordán, se sumergió siete veces, como el profeta le había dicho, y su carne quedó tan sana como la de un niño.


Lávame de toda mi culpa y límpiame de mi pecado.


Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.


Entonces será como si yo hubiera esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será lavada, y sus homenajes a los ídolos será cosa del pasado.


»”Setenta semanas han de pasar para que tu pueblo y Jerusalén pongan fin a su terquedad y maldad, para que pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, para que se cumplan la visión y la profecía, y consagren el lugar más especial del templo.


declarará a esa persona sin lepra, porque la mancha se ha vuelto completamente blanca, y no es lepra.


y mojará la madera de cedro, el hisopo, la cinta roja y la otra avecilla en la sangre del ave que fue sacrificada, y rociará la casa siete veces. De esta manera se realizará la ceremonia de purificación de la casa.


Llevará sangre del novillo y rociará siete veces con su dedo la parte oriental del propiciatorio, y siete veces delante del propiciatorio.


y rociará sangre sobre el altar, siete veces con su dedo, y de esta manera lo purificará de los pecados de Israel, y lo santificará.


El hombre lo soltará en el desierto, y de este modo el macho cabrío llevará todos los pecados del pueblo a una tierra deshabitada.


mojará el dedo en la sangre y rociará siete veces delante del Señor, frente a la cortina.


mojará el dedo en la sangre y la rociará siete veces delante del Señor, ante la cortina que cierra la entrada al Lugar Santísimo.


Cuando llegó al altar, lo roció siete veces y roció también los utensilios del altar, el lavamanos y su base, y los santificó.


Una vez más ten compasión de nosotros y borra de tus registros nuestras faltas. ¡Olvídate de nuestras maldades como si hubieran sido echadas para siempre en lo más profundo del mar!


Al tercer y al séptimo días, se purificará con agua, agua que habrá pasado por las cenizas de la ternera alazana, y quedará limpio; pero si no lo hace, continuará estando impuro aun después del séptimo día.


Pero uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y en ese momento le salió sangre y agua.


Y puesto que es así, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, ya que en nuestro interior hemos sido purificados de una mala conciencia y exteriormente hemos sido lavados con agua pura.


Se han acercado a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la sangre de Abel.


La sangre de chivos y toros, y las cenizas de una becerra rociadas sobre personas que están impuras, las hacen puras de modo que quedan limpias por fuera.


Moisés, después de anunciar a todo el pueblo los mandamientos de la ley, tomó lana roja y ramas de hisopo, las mojó con la sangre de los becerros y los chivos mezclada con agua, y con eso roció el libro de la ley y a todo el pueblo.


De la misma manera, roció con la sangre el santuario y todos los objetos que se usaban en el culto.


Si así hubiera sido, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde que el mundo fue creado. Pero ahora, al final de los tiempos, se ha ofrecido una sola vez y para siempre para acabar con el pecado por medio de su propio sacrificio.


que tengan gracia y paz en abundancia. Dios el Padre los eligió de acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a Jesucristo y sean salvados por su sangre.


Nosotros sabemos que Jesús es el Hijo de Dios porque Dios lo proclamó con gran voz desde el cielo en el momento en que lo bautizaban y también cuando moría. ¡No sólo en su bautismo sino también a la hora de su muerte! Y el Espíritu Santo, siempre veraz, lo afirma también.


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