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Hebreos 10:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

22 Y puesto que es así, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, ya que en nuestro interior hemos sido purificados de una mala conciencia y exteriormente hemos sido lavados con agua pura.

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Biblia Reina Valera 1960

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 acerquémonos con corazón sincero, con fe plena, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia y con el cuerpo lavado con agua pura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones° rociados, y así libres° de mala conciencia, y los cuerpos lavados con agua pura.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.

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Hebreos 10:22
66 Tagairtí Cros  

Fue tan pecador como su padre, y su corazón no fue leal a Dios, como sí lo fue el de David.


Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.


Comprendo, Dios mío, que tú pruebas a los hombres para ver si son buenos. He hecho todo esto inspirado por buenos propósitos, y he observado a tu pueblo cómo ofrece sus obsequios alegremente y de buena voluntad.


¡Aleluya! Agradeceré al Señor con todo mi corazón en compañía de los rectos.


Me he esforzado cuanto he podido por hallarte: no permitas que me desvíe de tus mandamientos.


Oro a ti con todo el corazón; respóndeme, Señor; y obedeceré tus decretos.


Dichosos los que obedecen sus normas, y lo buscan con todo su corazón.


Dame entendimiento y obedeceré tu ley; y la cumpliré con todo mi corazón.


De todo corazón deseo tus bendiciones. Sé misericordioso como lo prometiste.


Los orgullosos han inventado calumnias en mi contra, pero lo cierto es que yo obedezco tus mandamientos de todo corazón.


Cuando aprenda tus leyes justas, te mostraré mi gratitud viviendo como debo.


Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos, para que yo no sea avergonzado.


¡Regocíjense en él, ustedes los justos, y griten de júbilo todos ustedes los de recto corazón!


Crea en mí un corazón limpio, Dios, y renueva la rectitud de mi espíritu.


En cuanto a mí, me acerco a él lo más que puedo. He elegido al Dios soberano como mi refugio, y a todos contaré las maravillas que él hace.


Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.


¡Oh Señor, te alabaré con todo el corazón, y le contaré a todo el mundo las maravillas que haces!


El juicio volverá a ser justo y todos los de recto corazón tendrán su recompensa.


Hijo mío, dame tu corazón y que tus ojos se deleiten en mis caminos de sabiduría.


Y entonces el Señor dice: Puesto que este pueblo dice que me pertenece pero no me obedece, y puesto que su adoración se limita a palabras y repeticiones de fórmulas de memoria,


Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.


Luego, más tarde, esta infiel «regresó» a mí, pero su «arrepentimiento» era fingido, dice el Señor.


Volverán a tener su propio gobernante, y no será un extranjero. Y yo le invitaré a que se dirija a mí con toda confianza, y él se me acercará, pues ¿quién se atrevería a venir a mí de no ser invitado?


Luego, cuando el casamiento había tenido lugar, yo te di hermosas ropas de lino y seda, bordadas, y sandalias hechas de fina piel.


Entonces será como si yo hubiera esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será lavada, y sus homenajes a los ídolos será cosa del pasado.


A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.


Se bañará y se pondrá las vestiduras sagradas, la túnica de lino, los calzones de lino, el cinturón de lino y el turbante de lino.


Enseguida tomó a Aarón y a sus hijos, los purificó con agua


»En aquel día será como abrir un gran manantial en donde la descendencia real de David y todos los habitantes de Jerusalén puedan purificarse de todas las maldades que han cometido.


Esto lo harás rociando sobre ellos el agua de la purificación, y haciendo que se afeiten el cuerpo y se bañen y se laven la ropa.


»Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados; pero después de mí vendrá alguien que es más poderoso que yo y él bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¡Yo ni siquiera soy digno de desatar sus zapatos!


Muchos han escrito historias de las cosas que se han cumplido entre nosotros,


Jesús respondió: ―Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.


Al oír esto, los más viejos comenzaron a irse, y luego poco a poco los demás también se fueron. Sólo la mujer seguía allí y Jesús se quedó solo con ella.


No hay tiempo que perder. Levántate, bautízate, y lávate de tus pecados invocando su nombre”.


Tú no puedes tener parte en esto, porque tu corazón no es recto ante Dios.


Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


Puesto que tenemos tan grandes promesas, amados hermanos, apartémonos del mal, ya sea mal corporal o espiritual. Así en el temor de Dios procuraremos ser completamente santos.


Ahora podemos acercarnos con libertad y confianza a Dios, cuando lo hacemos por medio de Cristo y confiando en él.


para hacerla santa y la purificó lavándola con agua por medio de la Palabra.


Esclavos, obedezcan a sus amos humanos; sírvanles de buena gana, con respeto y sinceridad de corazón, como a Cristo.


Los propagadores de tales enseñanzas mienten con tanta hipocresía que la conciencia ni siquiera les molesta.


él nos salvó. Y lo hizo no porque fuéramos tan buenos que lo mereciéramos, sino porque en su misericordia Dios nos lavó los pecados, Y no sólo eso, sino que, además, nos dio una nueva vida por medio del Espíritu Santo


La ley es sólo una sombra de los bienes que están por venir y no la realidad misma de esos bienes. Por eso, la ley nunca puede hacer perfectos a los que adoran por medio de los mismos sacrificios, año tras año sin cesar.


Por eso, amados hermanos, gracias a la sangre de Jesucristo podemos entrar libremente en el Lugar Santísimo.


Por la fe celebró la Pascua y mandó rociar las puertas con sangre. De esta manera, el que mataba a los primogénitos no tocaría a los israelitas.


Se han acercado a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la sangre de Abel.


Acerquémonos, pues, confiadamente al trono del Dios de amor, para encontrar allí misericordia y gracia en el momento en que las necesitemos.


Pero anhelamos que cada uno siga con el mismo entusiasmo hasta el fin, para que puedan obtener lo que esperan.


pues no perfeccionó nada. En cambio, ahora tenemos una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios.


Estas son únicamente reglas que tienen que ver con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, que sólo tienen vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.


Moisés, después de anunciar a todo el pueblo los mandamientos de la ley, tomó lana roja y ramas de hisopo, las mojó con la sangre de los becerros y los chivos mezclada con agua, y con eso roció el libro de la ley y a todo el pueblo.


Pero debe pedirla con fe, sin dudar, ya que el que duda es como las olas del mar que el viento agita y lleva de un lado a otro.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes, inconstantes, purifiquen su corazón!


que tengan gracia y paz en abundancia. Dios el Padre los eligió de acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a Jesucristo y sean salvados por su sangre.


Y esa agua representa el bautismo que ahora a ustedes también los salva. El bautismo no es para limpiar nuestro cuerpo, sino para comprometernos con Dios a tener una buena conciencia. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, que fue el primero en levantarse de entre los muertos y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,


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