Escucha las peticiones del pueblo de Israel cuando quiera que ellos se dirijan a este lugar para orar. Sí, escucha en los cielos donde vives; y cuando hayas oído, perdónanos.
Mateo 6:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Biblia Nueva Traducción Viviente y perdónanos nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) y perdona nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores;' La Biblia Textual 3a Edicion y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y perdónanos nuestras deudas, como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. |
Escucha las peticiones del pueblo de Israel cuando quiera que ellos se dirijan a este lugar para orar. Sí, escucha en los cielos donde vives; y cuando hayas oído, perdónanos.
escúchalos desde los cielos, perdónalos y responde en favor de todos los que hayan hecho una confesión sincera; porque tú conoces cada corazón.
Perdona a tu pueblo todas las malas acciones que realicen, y haz que sus captores tengan misericordia de ellos;
¡Qué felicidad la de aquellos cuya culpa ha sido perdonada! ¡Qué gozo hay cuando los pecados son borrados!
Yo, el Señor, muestro este amor firme a millares que reciben el perdón de sus pecados; pero no doy por inocente al culpable, y exijo que el pecado del padre sea castigado en los hijos, en los nietos y aun en generaciones posteriores.
¡Vengan y aclaremos las cuentas! —dice el Señor—, por profunda que sea la mancha de sus pecados, yo puedo quitarla y dejarlos tan limpios como la nieve recién caída. ¡Aunque sus manchas sean rojas como el carmesí, yo puedo volverlas blancas como la lana!
¡Oh Señor, escucha; por favor, Señor, perdona! ¡Oh Señor, escúchame y actúa! No te demores, hazlo al menos para cuidar la fama de tu nombre, oh mi Dios, porque tu pueblo y tu ciudad llevan tu nombre”.
porque esto es mi sangre que sella el nuevo pacto. Mi sangre se derramará para perdonar con ella los pecados de infinidad de personas.
Varios hombres le trajeron a un paralítico tendido en un camastro. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo: ―¡Ten ánimo, hijo! ¡Te perdono tus pecados!
Pero cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal. Y no nos metas en tentación».
¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando les cayó encima la torre de Siloé? ¿Eran acaso más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?
»No juzguen a los demás y así no los juzgarán a ustedes. No condenen a los demás y no los condenarán a ustedes. Perdonen, y serán perdonados.
¡Hermanos! ¡Escúchenme! ¡Por medio de Jesús se les anuncia el perdón de los pecados! A cualquiera que crea en él se le declara justo, lo cual la ley de Moisés nunca pudo hacer.
Gracias a que él derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados. Así de abundante es su gracia.
Al contrario, sean bondadosos entre ustedes, sean compasivos y perdónense las faltas los unos a los otros, de la misma manera que Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo.
Sopórtense unos a otros y perdonen a quienes se quejen de ustedes. Si el Señor los perdonó, ustedes están obligados a perdonar.