Moisés le contó a Aarón lo que Dios le había dicho que debían hacer y lo que tenían que decir, y le habló de los milagros que debían hacer en presencia del faraón.
Mateo 21:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y el hijo le respondió: “Lo siento; no tengo deseos de trabajar hoy en la finca”. Pero luego, arrepentido, fue. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Biblia Nueva Traducción Viviente El hijo le respondió: “No, no iré”, pero más tarde cambió de idea y fue. Biblia Católica (Latinoamericana) Y él le respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. La Biblia Textual 3a Edicion Y respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él le respondió: 'Voy, señor'; pero no fue. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. |
Moisés le contó a Aarón lo que Dios le había dicho que debían hacer y lo que tenían que decir, y le habló de los milagros que debían hacer en presencia del faraón.
«¡No vamos a escuchar los falsos mensajes que dices de parte del Señor!
«Ve a la gran ciudad de Nínive y comunícales el mensaje que te voy a dar».
Pero su cuñado le respondió: ―¡Muchas gracias!, pero debo regresar a mi tierra, con mis parientes.
»Pero, ¿qué les parece? Un padre que tenía dos hijos le dijo al mayor: “Hijo, ve a trabajar hoy a la finca”.
Cuando el padre le pidió al menor que fuera, este le respondió: “¡Con mucho gusto! ¡Ahora mismo voy!”. Pero no fue. Díganme:
¿Cuál de los dos obedeció a su padre? ―El primero, por supuesto —le respondieron los principales sacerdotes y los jefes judíos. ―Pues los despreciados cobradores de impuestos y las prostitutas llegarán al reino de Dios antes que ustedes,
Primero prediqué a los que estaban en Damasco, después a los de Jerusalén y de toda Judea, y luego a los que no eran judíos. A todos les prediqué que se arrepintieran y obedecieran a Dios, que demostraran su arrepentimiento haciendo buenas obras.
Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.