Entonces, en el sueño, el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: «Aquí estoy».
Mateo 1:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Mientras pensaba en esto se quedó dormido y un ángel se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas casarte con María, porque el hijo que lleva en las entrañas lo concibió ella del Espíritu Santo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David —le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: 'José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, La Biblia Textual 3a Edicion Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a Miriam tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras andaba cavilando en ello, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: 'José, hijo de David, no temas llevarte a casa a María tu esposa, porque lo engendrado en ella es obra del Espíritu Santo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le apareció en un sueño, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. |
Entonces, en el sueño, el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: «Aquí estoy».
―Yo soy Dios —dijo la voz—, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque allí te haré una nación grande.
Pero Elías le dijo: ―No temas. Anda y haz lo que habías pensado hacer; pero antes prepárame un pan con lo que tienes. Luego prepara algo para ti y para tu hijo.
Esa noche, el Señor se le apareció en un sueño, y le dijo: ―Pídeme lo que quieras, que yo te lo daré.
En la mañana, muéstrame tu bondad para conmigo, pues en ti confío. Muéstrame a dónde ir, porque a ti elevo mi oración.
Señor, cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría.
Los planes del justo son buenos, pero en el consejo del malvado hay engaño.
Él cuidará en perfecta paz a todos los que confían en él y cuyos pensamientos buscan a menudo al Señor.
Y si abandonan las sendas de Dios y se extravían, escucharán tras ustedes una voz que dirá: ―No, este es el camino, caminen por aquí.
¡Escúchenme, los que disciernen entre el bien y el mal y en su corazón aman mis leyes: no teman a las mofas ni calumnias del populacho!
Entonces Isaías respondió: ―Oh casa de David, no te basta con agotarme la paciencia, ¡tienes que agotársela también a Dios!
Sin embargo, cuando a la corte real llegó la noticia, «Siria está aliada con Israel contra nosotros», el corazón del rey y de su pueblo tembló de miedo como las hojas del bosque se estremecen bajo la tormenta.
¿Hasta cuándo estarás indecisa, oh muchacha terca? Porque el Señor hará que ocurra algo nuevo y diferente: ¡Israel buscará a Dios!
Y Guedalías les aseguró que rindiéndose a los babilonios estarían a salvo. ―Quédense aquí y sírvanle al rey de Babilonia —dijo—, y en todo les irá bien.
Después de haber derramado mis lluvias de nuevo, ¡también derramaré mi Espíritu sobre todos ustedes! Sus hijos e hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños y sus jóvenes tendrán visiones de parte de Dios.
El Señor les dijo: ―Hasta con un profeta me comunicaría con visiones y sueños;
Así fue el nacimiento de Jesucristo. Su madre, María, estaba comprometida con José. Pero antes de la boda, el Espíritu Santo hizo que quedara encinta.
Después Dios les avisó en sueños que no regresaran a donde estaba Herodes, y por eso se fueron a su país por otro camino.
Cuando los visitantes ya habían partido, un ángel del Señor se le apareció a José en sueños y le dijo: «Levántate y huye a Egipto con el niño y su madre, y quédate allá hasta que yo te avise, porque el rey Herodes va a buscar al niño para matarlo».
Cuando Herodes murió, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto,
Mientras Pilato presidía el tribunal, le llegó el siguiente mensaje de su esposa: «No te metas con ese hombre, porque anoche tuve una horrible pesadilla por culpa suya».
El ángel le contestó: ―Yo soy Gabriel y estoy al servicio de Dios. Él me envió para hablar contigo y darte estas buenas noticias.
También José, que era descendiente del rey David, tuvo que ir de Nazaret, que era una ciudad de la región de Galilea, a Belén, que estaba en Judea. Esa era la ciudad de David,
Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó de allí.
Alegrémonos, regocijémonos y démosle gloria, porque ha llegado la hora de la boda del Cordero; y a su novia, que ya está preparada,