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Génesis 31:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Entonces, en el sueño, el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: «Aquí estoy».

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y en mi sueño, el ángel de Dios me dijo: “¡Jacob!”. Y yo respondí: “Sí, aquí estoy”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Y el Angel de Dios me dijo en sueños: '¡Jacob!' Yo respondí: 'Aquí estoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y el ángel de Dios me dijo en el sueño: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y el ángel de Yahveh me dijo en el sueño: 'Jacob'; y yo le respondí: 'Aquí estoy'.

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Génesis 31:11
21 Tagairtí Cros  

El Señor se le apareció a Abraham junto al bosque de encinas de Mamré. Ese día Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más caliente del día.


Pero el Señor pensó: «¿Le ocultaré a Abraham lo que estoy pensando hacer?


Después de algunos años, Dios sometió a Abraham a una prueba. ―¡Abraham! —llamó Dios. ―Aquí estoy —respondió Abraham.


En ese momento, el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ―¡Abraham! ¡Abraham! ―Aquí estoy —contestó Abraham.


Poco después, el ángel del Señor llamó nuevamente a Abraham desde el cielo,


»En el tiempo en que los animales estaban en celo tuve un sueño. En ese sueño veía que los chivos que se unían a las cabras eran manchados, rayados o moteados.


Aquella noche Dios se le apareció a Labán, el arameo, en sueños, y le dijo: «¡No te atrevas a tratar mal a Jacob!».


―Su padre ya no me trata como antes, ¡pero el Dios de mi padre siempre ha estado conmigo!


Una noche José tuvo un sueño y se lo contó de inmediato a sus hermanos, lo que hizo que estos lo odiaran aún más.


Aquella noche Dios le habló en visión: ―¡Jacob, Jacob! ―¿Qué quieres, Señor? —respondió.


Cuando me invoquen, yo les responderé. Si gritan pidiendo ayuda, yo les diré: «¡Sí, aquí estoy!». Si ustedes hacen desaparecer la opresión, si dejan de acusar a los demás y de levantar calumnias,


El Señor les dijo: ―Hasta con un profeta me comunicaría con visiones y sueños;


Mientras Pilato presidía el tribunal, le llegó el siguiente mensaje de su esposa: «No te metas con ese hombre, porque anoche tuve una horrible pesadilla por culpa suya».


Pero Elí lo llamó. ―Hijo mío.


el Señor llamó: ―Samuel, Samuel. ―Aquí estoy —contestó Samuel—,


El Señor volvió a llamar: ―Samuel. Y nuevamente Samuel se bajó de la cama y corrió a donde estaba Elí. ―Aquí estoy —dijo—. ¿Para qué me necesitas? ―No, yo no te he llamado, hijo mío —dijo Elí—. Vuelve a la cama.


El Señor llamó a Samuel por tercera vez, y una vez más Samuel se bajó de la cama y corrió a la habitación de Elí. ―Sí —le dijo—. ¿Qué necesitas? Elí comprendió que era el Señor quien le había hablado al muchacho,


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