Primero viene el orgullo y luego el fracaso; primero la humildad y luego los honores.
Lucas 9:48 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Les dijo: ―El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego les dijo: «Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este, me recibe a mí; y todo el que me recibe a mí, también recibe al Padre, quien me envió. El más insignificante entre ustedes es el más importante». Biblia Católica (Latinoamericana) y les dijo: 'El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El más pequeño entre todos ustedes, ése es realmente grande. La Biblia Textual 3a Edicion y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió;° porque quien es el más pequeño entre todos vosotros, ése es grande. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y les dijo: 'Quien acoge a este niño en mi nombre, es a mí a quien acoge; y quien me acoge a mí, acoge a aquel que me envió. Porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es grande'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mí nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese será grande. |
Primero viene el orgullo y luego el fracaso; primero la humildad y luego los honores.
»Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.
Asimismo, mi Padre no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda.
Y Jesús le respondió: ―Cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en mi trono de gloria, ustedes, mis discípulos, se sentarán en doce tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.
»Yo, el Rey, les responderé: “Todo lo que hicieron a mis hermanos necesitados a mí me lo hicieron”.
»Y les responderé: “Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme”.
―El que recibe a un niño como este en mi nombre, me está recibiendo a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
»El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió».
Todo el que se engrandece a sí mismo será humillado; y al que se humilla Dios lo ensalzará.
Pero entre ustedes no debe ser así. El más importante debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve.
En mi reino van a comer y a beber en mi mesa y se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Les digo que entre todos los hombres no hay otro más grande que Juan. Sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él».
Les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió».
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece, ese es el que me ama. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me mostraré a él».
Por eso, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.
Humíllense bajo el poder de Dios, para que él los enaltezca cuando llegue el momento oportuno.
Doce piedras constituían los cimientos de la muralla, y en cada una de ellas estaba escrito el nombre de uno de los doce apóstoles del Cordero.
Al que salga vencedor, le daré el derecho de que se siente junto a mí en el trono, de la misma manera que al vencer yo me senté con mi Padre en su trono.