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Mateo 18:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 Asimismo, mi Padre no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 De la misma manera, no es la voluntad de mi Padre celestial que ni siquiera uno de estos pequeñitos perezca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Pasa lo mismo donde el Padre de ustedes, el Padre del Cielo: allá no quieren que se pierda ni tan sólo uno de estos pequeñitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Así también, no es la voluntad ante vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 De la misma manera, no quiere vuestro Padre que está en el cielo que se pierda uno solo de estos pequeños.

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Mateo 18:14
19 Tagairtí Cros  

Como pastor apacentará su rebaño, llevará en brazos los corderillos y suavemente guiará las ovejas con cría.


»El Señor Todopoderoso exclama: ¡Mi espada será lanzada contra mi pastor, contra aquel que había hecho mi compañero de confianza! ¡Herido el pastor, entonces las ovejas se dispersarán! ¡Yo mismo me encargaré de matar a los corderitos!


Ah, ¡y si la encuentra, se regocija más por aquélla que por las noventa y nueve que dejó en el corral!


»Si un hermano te hace algo malo, llámalo y dile en privado cuál ha sido su falta. Si te escucha y la reconoce, habrás recuperado a un hermano.


¡Así dejen ustedes brillar su luz ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal manera que la gente adore al Padre celestial!


¡Los paganos son los que siempre se andan preocupando de esas cosas! Recuerden que su Padre celestial sabe lo que necesitan.


Ustedes oren así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.


»No tengan miedo, mi pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes, en su bondad, quiere darles el reino.


Mientras estaba con ellos, los protegía y los cuidaba con el poder de tu nombre. Y ninguno se perdió, excepto aquel que nació para perderse, para que así se cumpliera la Escritura.


Después de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: ―Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Pedro le contestó: ―Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis corderos.


Por eso, estoy dispuesto a sufrir si con ello alcanzan la salvación y la gloria eterna aquellos a los que Dios ha escogido. Esa es la salvación que tenemos en Cristo Jesús.


«Hagan caminos rectos para sus pies», para que la pierna coja no se tuerza, sino que sane.


El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan.


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