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Lucas 9:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro contestó: ―Eres el Cristo de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces les preguntó: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Pedro contestó: —¡Tú eres el Mesías enviado por Dios!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces les preguntó: 'Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?' Pedro respondió: 'Tú eres el Cristo de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy Yo? Respondiendo Pedro, dijo: El Ungido de Dios.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él les dijo: 'Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo?'. Tomando la palabra Pedro, dijo: 'El Cristo de Dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy yo? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.

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Lucas 9:20
20 Tagairtí Cros  

―¿Qué opinan ustedes del Mesías? ¿De quién es hijo? ―De David —le respondieron.


Jesús no le respondió. ―Demando en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios —insistió el sumo sacerdote.


Y si sólo saludan a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¡Aun los paganos hacen eso!


Pero Jesús se quedó callado y no le respondió nada, por lo que el sumo sacerdote volvió a preguntarle: ―¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito?


―¿Y quién creen ustedes que soy? Pedro le respondió: ―¡Tú eres el Mesías!


―Dinos, ¿eres tú el Cristo? Jesús les contestó: ―Si les dijera que sí, ustedes no me lo creerían.


Ellos le respondieron: ―Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías, y otros que eres uno de los antiguos profetas que ha resucitado.


Andrés, al primero que encontró fue a su hermano Simón y le dijo: ―Hemos encontrado al Mesías (es decir, al Cristo).


Natanael exclamó: ―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!


Ella le respondió: ―Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.


Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.


―Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?


Le dijeron a la mujer: ―Ahora creemos porque nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos en verdad que él es el Salvador del mundo.


Otros decían: «¡Es el Cristo!». Pero otros preguntaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea?».


explicándoles que era necesario que el Mesías sufriera y que resucitara de los muertos, y que Jesús, a quien él predicaba, era el Mesías.


A un lado del camino encontraron agua. ―¡Mira! ¡Aquí hay agua! —exclamó el funcionario—. ¿Por qué no me bautizas?


Saulo, mientras tanto, se volvía cada vez más ferviente en la predicación, y los judíos de Damasco no podían refutarle los argumentos con que probaba que Jesús era el Mesías.


Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios. Y el que ama al padre ama también a los hijos.