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Lucas 3:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Unos soldados le preguntaron: ―Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? Él les dijo: ―No les quiten a los demás lo que es de ellos ni acusen falsamente a nadie; y confórmense con su salario.

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Biblia Reina Valera 1960

También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados. Juan les contestó: —No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A su vez, unos soldados le preguntaron: 'Y nosotros, ¿qué debemos hacer?' Juan les contestó: 'No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué hemos de hacer? Y les dijo: A nadie atraquéis° ni extorsionéis, sino contentaos con vuestra paga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

También unos soldados le preguntaban: 'Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?'. Y les respondió: 'No hagáis extorsión a nadie ni lo denunciéis falsamente, sino contentaos con vuestra paga'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dice: No hagáis extorsión a nadie ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

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Lucas 3:14
15 Tagairtí Cros  

»No darás un testimonio falso en contra de tu prójimo.


»No acepten falsos rumores. »No cooperen con el malvado apoyando su testimonio, cuando sepan que es falso.


»No robarán, ni mentirán ni engañarán.


Cuando Jesús llegó a Capernaúm, un capitán del ejército romano se le acercó y le rogó


Zaqueo se levantó y dijo: ―Señor, voy a dar la mitad de todo lo que tengo a los pobres. Y si a alguien le he robado, le devolveré cuatro veces lo que le robé.


La gente le preguntaba: ―¿Entonces qué debemos hacer?


Él les respondió: ―No cobren más de lo que deben cobrar.


Al irse el ángel, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes y a un soldado piadoso miembro de su guardia personal.


para que nadie pueda reprocharles nada y sean hijos de Dios sin culpa en medio de gente mala y perversa. Entre esa gente ustedes brillan como estrellas en el firmamento.


No lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre.


Las ancianas deben portarse como quien ama a Dios, no dadas a las habladurías ni a la bebida. Al contrario, deben ser maestras del bien.


Escuché entonces que una potente voz proclamaba en el cielo: «¡Al fin llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo!, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante Dios, ha sido expulsado del cielo.