No temas, pues yo estoy contigo. Yo te recogeré del este y del oeste,
Lucas 1:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El ángel entró donde ella estaba y le dijo: ―¡Te saludo, a ti que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Biblia Nueva Traducción Viviente Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!». Biblia Católica (Latinoamericana) Llegó el ángel hasta ella y le dijo: 'Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Y entrando° en donde ella estaba, dijo: ¡Te saludo,° muy favorecida! ¡El Señor está contigo!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y entrando el ángel a donde ella estaba, la saludó: '¡Salve, plena de gracia! El Señor está contigo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrando el ángel a donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. |
No temas, pues yo estoy contigo. Yo te recogeré del este y del oeste,
“Dios te ama muchísimo”, me dijo. “No temas. ¡Cálmate y sé fuerte, sí, ten ánimo!”. »De repente, mientras decía estas palabras, yo me sentí más fuerte y le dije: “Ahora puede seguir adelante y hablar, señor, pues me ha fortalecido”.
Ven con confianza, presenta tu ruego delante del Señor, y dile: «Señor, quítanos nuestra inclinación a cometer maldades; muestra tu bondad hacia nosotros y recíbenos de nuevo, y te ofreceremos cantos de gratitud.
Fue a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, que era descendiente del rey David.
María se sorprendió al escuchar estas palabras, y se preguntaba qué significaría ese saludo.
El ángel le dijo: ―No tengas miedo, María, porque Dios te ha concedido su favor.
dijo en voz muy fuerte: ―Dios te ha bendecido más a ti que a todas las mujeres, y también ha bendecido al hijo que darás a luz.
Nadie podrá hacerte daño, porque yo estoy a tu lado. En esta ciudad hay un buen grupo de personas que me pertenecen.
Esto fue para que le demos la gloria a Dios por la extraordinaria gracia que nos mostró por medio de su amado Hijo.
»¡Bendita sea Jael, la esposa de Héber el quenita! ¡Sea ella bendita por sobre todas las amas de casa!
El ángel del Señor se le apareció y le dijo: ―Varón valiente y fuerte, el Señor está contigo.
Booz llegó de la ciudad mientras ella estaba allí. Después de cambiar saludos con los segadores,