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Oseas 14:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Ven con confianza, presenta tu ruego delante del Señor, y dile: «Señor, quítanos nuestra inclinación a cometer maldades; muestra tu bondad hacia nosotros y recíbenos de nuevo, y te ofreceremos cantos de gratitud.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Presenta tus confesiones y vuélvete al Señor. Dile: «Perdona todos nuestros pecados y recíbenos con bondad para que podamos ofrecerte nuestras alabanzas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Vuelve, Israel, junto a Yavé, tu Dios, pues tus faltas te hicieron tropezar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Procuraos palabras y volveos a YHVH! Decidle: ¡Quita toda iniquidad y acéptanos con benevolencia!, Y te ofreceremos los sacrificios de nuestros labios.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa.

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Oseas 14:2
39 Tagairtí Cros  

―He pecado contra el Señor —contestó David a Natán. Natán le respondió: ―Sí, pero el Señor ya te ha perdonado; así que no morirás por este pecado.


Pero después que levantó el censo, la conciencia de David comenzó a molestarle, y oró al Señor: «Lo que he hecho es terrible. Perdóname, Señor, la maldad que he cometido».


¿Por qué no perdonas sencillamente mi pecado y lo borras? Pues estoy a punto de echarme en el polvo y morir, y cuando me busques, ya no existiré».


Acepta la expresión de mi gratitud y enséñame tus leyes.


Lo que quiero de ti es verdadera gratitud a Dios; quiero que cumplas tus promesas al Altísimo.


Tú no quieres sacrificios ni ofrendas quemadas; si así fuera, con gusto lo haría.


Lo que quieres es un espíritu quebrantado. Al corazón quebrantado y contrito, Dios, no lo despreciarás tú.


Yo he borrado tus pecados, se han esfumado como niebla matutina al llegar el mediodía. ¡Oh, regresa a mí, pues yo pagué el precio de tu libertad!


Con ella me tocó los labios y dijo: ―Con esto se te declara “inocente”, porque esta brasa tocó tus labios. Todos tus pecados quedan perdonados.


Por lo tanto ve y dile a Israel: ¡Oh Israel, pueblo mío pecador, vuelve a mí, pues soy misericordioso; no estaré eternamente enojado contigo, dice el Señor, porque mi capacidad de perdonar es muy grande!


Pero no, mi pueblo es semejante a los comerciantes tramposos, pues usa balanzas adulteradas para estafar a la gente.


La misma arrogancia de Israel testifica en su contra en el juicio que le hago. Israel tropezará caerá debido al peso de todas las malas obras que carga, y Judá también caerá por seguirle los pasos.


Lo que más quiero de ustedes no son sus sacrificios rituales, sino que amen a Dios y a su prójimo; lo que más quiero de ustedes no son sus ofrendas, sino que me reconozcan y respeten como su Dios.


Los sacerdotes, ministros de Dios, se pararán entre el pueblo y el altar, llorando, y orarán diciendo: «Señor nuestro, perdona a tu pueblo, no permitas que los paganos reinen sobre nosotros, pues tú eres también su dueño. Que no se burlen de tu pueblo los paganos, y digan: “¿Dónde está ese Dios de ellos? ¡Qué débil e inútil debe de ser!”».


»Pero yo para siempre te rendiré homenaje y te ofreceré sacrificios rituales en agradecimiento por lo que has hecho por mí. Cumpliré las promesas que te hice. ¡Solamente el Señor me puede salvar!».


Entonces el ángel les dijo a los demás que estaban parados allí: «¡Quítenle esa ropa sucia!». Y volviéndose a Josué, le dijo: «Mira, he quitado tu pecado, y te vestiré con ropa de dignidad».


Pues si ustedes que son malos saben dar buenas cosas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se las pidan!


Pues si ustedes, que son malos, saben darles cosas buenas a sus hijos, con mayor razón el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan».


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó a cierta distancia y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo. Se golpeaba el pecho y decía: “¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy pecador!”.


Al día siguiente Juan vio que Jesús se acercaba a él, y exclamó: «¡Aquí viene el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».


Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no porque lo mereciéramos sino por su amor y porque así lo planeó. Antes que el mundo comenzara, su plan era mostrarnos su bondad a través de Cristo Jesús.


Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.


porque es imposible que la sangre de los toros y de los chivos quite los pecados.


Ya que es así, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza por medio de Jesucristo; es decir, confesemos su nombre con nuestros labios.


también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.


Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.


Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo, y la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpiará de todo pecado.


Además, ustedes saben que Jesús se hizo hombre para quitar nuestros pecados y que él jamás cometió pecado.


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