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Levítico 9:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces descendió fuego de la presencia del Señor, que consumió la ofrenda y la grasa que había sobre el altar. Cuando el pueblo vio esto, dio gritos de júbilo y adoró al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y consumió la ofrenda quemada y la grasa que estaba sobre el altar. Cuando los israelitas lo vieron, gritaron de alegría y se postraron rostro en tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

salió fuego de la presencia de Yavé, que consumió el holocausto y las grasas puestas sobre el altar. Todo el pueblo, al verlo, dio gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y de la presencia de YHVH salió fuego y consumió el holocausto y la grasa que estaba sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo gritó de gozo y se postraron sobre sus rostros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Un fuego salió de delante de Yahveh, que devoró el holocausto y las grasas de encima del altar. Al verlo, todo el pueblo lanzó gritos de júbilo y se postraron rostro en tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto y las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y cayeron sobre sus rostros.

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Levítico 9:24
24 Tagairtí Cros  

Cuando el sol se ocultó, y anocheció por completo, Abram vio que por entre los animales muertos se paseaba un horno que echaba humo y una antorcha encendida.


Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con su frente. Dios, por su parte, continuó diciéndole:


Allí hizo esta oración: «Señor, Dios de Israel, que te sientas en tu trono, por encima de los ángeles, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra, pues tú creaste los cielos y la tierra.


Luego, David construyó allí un altar al Señor y ofreció holocaustos y ofrendas de paz sobre él. Y oró al Señor, quien respondió enviando fuego desde los cielos para quemar las ofrendas que estaban sobre el altar.


¡pero yo he hecho un templo para ti, Señor, para que vivas en él para siempre!».


Cantaban y alababan a Dios dando gracias, y entonaban esta canción: «Dios es bueno, porque para siempre es su misericordia con Israel». Entonces todo el pueblo gritó con gran júbilo y alabó al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo.


Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que reinas sobre los querubines, ¡escucha mi súplica! ¡Muestra tu poder y resplandeciente gloria!


repentinamente se le apareció el ángel del Señor, como llamas de fuego en una zarza. Cuando Moisés vio que la zarza ardía sin quemarse,


Entonces salió fuego de la presencia del Señor que los quemó y mató.


El fuego debe mantenerse encendido continuamente sobre el altar. No debe dejarse apagar.


Entonces Moisés y Aarón se postraron en tierra delante del pueblo de Israel;


Pero Moisés y Aarón se postraron en tierra, delante del Señor: ―Oh Dios, Dios de toda la humanidad, ¿has de enojarte con toda el pueblo cuando es un solo hombre el que ha pecado?


Él no ha visto pecado en Jacob, ni perversidad en Israel. El Señor su Dios está con ellos. Él es su rey.


Se apartó un poco, se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, aparta de mí esta copa. Pero hágase lo que tú quieres y no lo que quiera yo».


Y cada vez que los seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre,


Al hacerlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él con arpas y copas de oro llenas de incienso —que son las oraciones del pueblo santo—,


Y los ángeles que, de pie, rodeaban el trono y los ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron delante del trono y adoraron a Dios,


Pero la esposa le dijo: ―Si el Señor quisiera matarnos, no habría aceptado nuestro holocausto y no se habría presentado, ni nos habría dicho las cosas maravillosas que nos ha dicho y no habría hecho estos milagros.


el ángel tocó la carne y el pan con su vara, y surgió fuego de la roca y los consumió. De pronto, el ángel desapareció.