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2 Crónicas 6:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 ¡pero yo he hecho un templo para ti, Señor, para que vivas en él para siempre!».

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Biblia Reina Valera 1960

2 Yo, pues, he edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yo te he edificado una Casa, un lugar donde habites para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y yo he construido una Casa sublime para ti, un lugar en que habites para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo te he construido una mansión excelsa, un lugar donde habites para siempre'.

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2 Crónicas 6:2
19 Tagairtí Cros  

Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre.


Él será quien construya un templo para mí, y estableceré su reino para siempre.


Sé enérgico y valiente y pon manos a la obra —añadió—. No te amedrentes por lo grande de la tarea, porque el Señor mi Dios está contigo, y no te abandonará, y él hará que cada detalle sea llevado a feliz término.


En efecto, me ha dicho: “Tu hijo Salomón construirá mi templo; porque lo he elegido como mi hijo, y yo seré su Padre.


(Había otro santuario en Jerusalén, que David hizo construir para colocar allí el cofre de Dios, cuando lo trasladó desde Quiriat Yearín).


Entonces Salomón exclamó: «Señor, tú dijiste que vivirías en una nube oscura;


Luego el rey volvió el rostro hacia la congregación, que permanecía de pie para recibir su bendición. El rey dijo:


También te comisionamos para que lleves contigo a Jerusalén la plata y el oro que te hemos entregado como una ofrenda al Dios de Israel.


Igualmente, llevarás todo el oro y toda la plata que recojas en las provincias de Babilonia, junto con las ofrendas voluntarias que entreguen la gente y los sacerdotes para el templo de Dios en Jerusalén.


hasta que encuentre un lugar para edificar la casa del Señor, un santuario para el Poderoso de Jacob.


Desde Sion sea bendito el Señor, el que habita en Jerusalén. ¡Aleluya! ¡Alabado sea su nombre!


El príncipe entrará y saldrá con la gente común en esas ocasiones.


Oí entonces que una potente voz gritaba desde el trono: «La casa de Dios está ahora entre los seres humanos, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.


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