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Levítico 4:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

La grasa la usará siguiendo el mismo procedimiento del sacrificio del cordero en la ofrenda de acción de gracias: el sacerdote quemará la grasa en el altar, como en los demás sacrificios ofrecidos al Señor en el fuego; y hará expiación por el hombre, y este recibirá el perdón de sus pecados.

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Biblia Reina Valera 1960

Y le quitará toda su grosura, como fue quitada la grosura del sacrificio de paz, y el sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y le hará el sacerdote expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después deberá quitar toda la grasa de la oveja, tal como lo hace con la grasa de una oveja que se presenta como ofrenda de paz. Quemará la grasa sobre el altar encima de las ofrendas especiales presentadas al Señor. Mediante este proceso, el sacerdote purificará a la persona de su pecado, la hará justa ante el Señor, y será perdonada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

También quitará toda la grasa, así como se quita del ternero sacrificado en sacrificio de comunión, la quemará sobre el altar encima de los sacrificios haciendo la expiación por el que ofrece y por su pecado, y le será perdonado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Luego quitará toda su grasa tal como fue quitada la grasa del cordero del sacrificio de las ofrendas de paz, y el sacerdote la dejará consumir sobre el altar como sacrificio ígneo a YHVH. El sacerdote ofrecerá así expiación por tal persona, por el pecado cometido, y le será perdonado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Separará toda la grasa, como se hizo con la del cordero del sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará en el altar como en los sacrificios de manjares pasados por el fuego en honor de Yahveh. Así el sacerdote expiará por él, por el pecado cometido, y quedará perdonado.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le quitará toda la grosura, como le es quitada la grosura al cordero del sacrificio de la ofrenda de paz, y el sacerdote la quemará en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y el sacerdote hará expiación de su pecado que hubiere cometido, y le será perdonado.

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Levítico 4:35
40 Tagairtí Cros  

»Pero si ella es muy pobre y no puede ofrecer un cordero, deberá llevar dos pichones de paloma o dos tórtolas. Uno será para el holocausto y el otro para la ofrenda por su pecado. El sacerdote, entonces, pedirá perdón por los pecados de ella, y la mujer quedará purificada».


El resto del aceite lo usará para ungir a la persona en la cabeza. De esta manera el sacerdote pedirá al Señor el perdón para aquella persona.


Enseguida soltará el ave viva para que vuele hacia el campo, fuera de la ciudad. De esta manera se hará la expiación y la purificación de la casa.


El sacerdote los ofrecerá allí, uno como ofrenda por el pecado y el otro en holocausto. De esta manera el sacerdote hará expiación delante del Señor por el hombre que haya padecido de flujo.


El sacerdote usará el cordero para hacer expiación por el pecado del hombre, y este será perdonado.


Seguirá el mismo procedimiento usado en la ofrenda por el pecado. De esta manera el sacerdote hará la expiación por la nación, y todos serán perdonados.


Toda la grasa será quemada sobre el altar como se hace con el sacrificio de acción de gracias; de esta manera el sacerdote hará expiación por el jefe que haya pecado, y este será perdonado.


La segunda ave será ofrecida como holocausto siguiendo los procedimientos ya mencionados. De esta manera el sacerdote hará expiación por la persona que pecó, y esta será perdonada.


De esta manera el sacerdote hará expiación por el que haya cometido cualquier pecado de esta clase, y será perdonado. El resto de la harina pertenecerá al sacerdote, como en el caso de una ofrenda de cereales».


y presentará una ofrenda por su culpa: una hembra de ganado menor, oveja o cabra. El sacerdote hará la expiación por esa persona, y esta quedará perdonada.


el sacerdote hará la expiación a su favor delante del Señor, y será perdonado».


Moisés, entonces, le dijo a Aarón que caminara hacia el altar y presentara la ofrenda por el pecado y el holocausto, para que pidiera por el perdón de sus propios pecados, y después pidiera perdón por los pecados del pueblo, de acuerdo con lo ordenado por el Señor.


El sacerdote hará esa ofrenda por el perdón de todo el pueblo de Israel y así quedarán libres de culpa. Era un error y lo han corregido con la ofrenda encendida al Señor y con su ofrenda por el pecado.


y el sacerdote hará la ofrenda por el pecado, en su nombre, delante del Señor y será perdonado.


A todo el que cree, Dios lo declara justo, pues en Cristo la ley llegó a su cumplimiento.


Él murió por nuestros pecados y resucitó para poder presentarnos justos ante Dios.


Así que a los que están unidos a Jesucristo ya no les espera ninguna condenación,


Dios tomó a Cristo, que no tenía pecado, y puso sobre él nuestros pecados, para declararnos justos por medio de Cristo.


Y vivan amando a los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros en sacrificio, como ofrenda de perfume agradable a Dios.


quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.


Él es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de su ser y el que sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de haber realizado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de Dios en el cielo.


En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él.


Era provechoso para nosotros tener un sumo sacerdote así como él: santo, sin maldad, intachable, apartado de los pecadores y elevado más alto que el cielo.


Y si esto es así, ¡la sangre de Cristo es todavía mejor! Pues por medio del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha para purificar nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para que sirvamos al Dios viviente.


«Cristo no cometió ningún pecado ni engañó jamás a nadie».


Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.


Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo, y la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpiará de todo pecado.


Él es el sacrificio que fue ofrecido por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.