Y les determiné el sábado, un día de descanso cada semana, como un señal entre ellos y yo, para recordarles que soy yo el Señor, quien los aparta en exclusividad para mí, y que ellos verdaderamente son mi pueblo elegido.
Levítico 20:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Obedezcan todos mis mandamientos, porque yo soy el Señor que los santifica. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico. Biblia Nueva Traducción Viviente Guarden todos mis decretos poniéndolos en práctica, porque yo soy el Señor quien los hace santos. Biblia Católica (Latinoamericana) Guarden mis preceptos y practíquenlos: ¡Yo soy Yavé, y a ustedes les hago santos! La Biblia Textual 3a Edicion Guardaréis mis estatutos y los pondréis por obra. Yo soy YHVH, que os santifico. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Observad mis leyes y ponedlas en práctica. Yo soy Yahveh, el que os santifica. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra: Yo soy Jehová que os santifico. |
Y les determiné el sábado, un día de descanso cada semana, como un señal entre ellos y yo, para recordarles que soy yo el Señor, quien los aparta en exclusividad para mí, y que ellos verdaderamente son mi pueblo elegido.
¡Y cuando mi templo permanezca entre ellos, entonces las naciones sabrán que yo, el Señor, he elegido a Israel para llenarlo de toda clase de bienes especiales!”».
»Obedezcan mis leyes: No crucen su ganado con animales de otra especie; no siembren en su campo dos clases de semillas; no usen ropa mezclada de lana y lino.
»Obedezcan por completo todos mis mandamientos y ordenanzas, porque yo soy el Señor».
Sean santos delante de mí, porque yo el Señor soy santo, y los he apartado de las otras naciones para que sean míos.
El sacerdote ha sido apartado para ofrecer los sacrificios a su Dios; es santo, porque yo, el Señor que lo santifico, soy santo.
»No me tratarán como si fuera algo común y ordinario. Al contrario, reconozcan que yo soy el Dios santo que habito entre ustedes. Yo soy el Señor que los santifico a ustedes. Fui yo quien los rescaté de Egipto para que fueran mi pueblo especial. Yo soy el Señor».
¡El que obedece a mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre!
Por eso, el que desobedezca el más pequeño mandamiento, y así les enseñe a los demás, se convertirá en la persona más pequeña del reino de los cielos; pero quien obedezca y enseñe los mandamientos de Dios, será grande en el reino de los cielos.
»Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme.
Por Dios es por quien ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación y nuestra redención.
Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo. Que mantenga sin culpa todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, para cuando el Señor Jesucristo regrese.
En cambio, nosotros tenemos que dar siempre gracias a Dios por ustedes, hermanos amados del Señor, porque Dios determinó desde el principio escogerlos para ser salvos. Esto mediante la acción del Espíritu Santo que los hace santos y la fe que han depositado en la verdad.
Pongan en práctica la palabra y no se limiten a sólo escucharla pues de otra manera se engañan ustedes mismos.
»Benditos los que lavan su ropa para tener derecho a entrar por la puerta de la ciudad y comer el fruto del árbol de la vida.