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Levítico 11:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»No comerán la carne de ellos ni tocarán sus cuerpos muertos. Tales animales están prohibidos para ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No puedes comer la carne de estos animales, ni siquiera tocar el cadáver. Son ceremonialmente impuros para ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes no comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver: serán impuros para ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

De su carne no comeréis ni tocaréis sus cadáveres. Son inmundos para vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No comeréis sus carnes ni tocaréis su cadáver, pues son para vosotros animales impuros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

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Levítico 11:8
22 Tagairtí Cros  

¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


Ya no puedes permanecer más en esta tierra que el Señor te ha dado; Efraín será llevado cautivo a Egipto y a Asiria, y tendrá que comer alimentos impuros.


»En cuanto a los animales que viven en el mar o en los ríos, comerán los que tienen aletas y escamas.


»Cualquier persona que toque algo que es ritualmente impuro, como el cuerpo muerto de un animal prohibido como alimento, salvaje o doméstico, o el cuerpo de un insecto prohibido, es culpable, aun cuando no se haya dado cuenta de que lo tocó.


Lo que daña el alma no es lo que entra por la boca, sino los pensamientos malos y las palabras con que estos se expresan.


Esto es lo que de veras corrompe. Pero uno no se corrompe por comer sin lavarse primero las manos.


Lo que daña a una persona no es lo que viene de afuera. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina.


―¿Así que ustedes tampoco entienden? —les preguntó—. ¿No ven que lo que una persona come no puede contaminarla,


Notaron que los discípulos de Jesús comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.


Entonces Pedro les dijo: ―Ustedes saben que al entrar yo aquí estoy quebrantando la ley judía que prohíbe entrar a la casa de un gentil. Pero Dios me ha mostrado en visión que no debo considerar profana o impura a ninguna persona.


Sólo les pedimos que se abstengan de comer carnes ofrecidas a los ídolos, sangre, animales ahogados, y que, por supuesto, se aparten de los vicios sexuales. Bastará que se abstengan de estas cosas. Los saludamos con nuestros mejores deseos.


Lo mejor que uno puede hacer es dejar de comer carne, beber vino o hacer cualquier cosa que pueda inducir al hermano a pecar.


Recuerden que a Dios no le importa si los comemos o no. No somos peores si los comemos ni mejores si no los comemos.


Por eso el Señor añade: «Salgan de en medio de ellos, apártense; no toquen sus inmundicias, y yo los recibiré


No participen de las acciones malas de los que viven en oscuridad, las cuales no traen ningún provecho. Más bien, háganles ver sus pecados.


No se hagan cómplices de esa clase de personas.


Que nadie, pues, los critique a ustedes por cuestiones de comidas o bebidas, ni porque no celebren sus festividades ni sus ceremonias de luna nueva ni sus sábados.


Estas son únicamente reglas que tienen que ver con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, que sólo tienen vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.