Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jueces 20:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces toda la nación de Israel envió a sus dirigentes y a cuatrocientos cincuenta mil hombres para que se reunieran delante del Señor en Mizpa. Vinieron desde Dan, desde Berseba y de todos los lugares intermedios, y desde el otro lado del Jordán, de la tierra de Galaad.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces todos los israelitas se unieron como un solo hombre, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, incluidos los del otro lado del Jordán, en la tierra de Galaad. Toda la comunidad se reunió en asamblea ante la presencia del Señor en Mizpa.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Salieron de sus casas todos los israelitas, desde Dan hasta Berseba, y la comunidad se reunió como un solo hombre junto a Yavé en Mispá. Hasta la gente de Galaad se hizo presente.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces todos los hijos de Israel salieron, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, y la asamblea se congregó como un solo hombre ante YHVH en Mizpa.°

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Salieron entonces todos los israelitas y la comunidad se reunió como un solo hombre, desde Dan hasta Berseba, y los de la tierra de Galaad, ante Yahveh en Mispá.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jueces 20:1
35 Tagairtí Cros  

Entonces Amasá convenció a todos los caudillos de Judá, y ellos respondieron como un solo hombre. Entonces mandaron este mensaje al rey: «Vuelva a nosotros y traiga consigo a todos los que lo acompañan».


Allí lo hizo rey de Galaad, de Guesurí, de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo el resto de Israel.


El rey dijo a Joab, jefe de su ejército: ―Toma un censo de todo el pueblo, de uno a otro extremo de la nación, para que yo sepa con cuántos soldados puedo contar.


Por eso, pienso edificar un templo para el Señor mi Dios, en conformidad a la promesa que le hizo a mi padre de que yo lo edificaría. Porque el Señor le dijo: “Tu hijo, a quien pondré en tu lugar en el trono, me edificará un templo”.


Los jefes de las tropas de Judá y sus hombres supieron que el rey de Babilonia había designado a Guedalías como gobernador. Entonces fueron a Mizpa, para ver a Guedalías. Entre los que fueron estaban Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, de Netofa, y Jazanías, hijo de un hombre de Macá.


Por eso, David les dijo a Joab y a los jefes del pueblo: ―Quiero que vayan por todo el país, desde Berseba hasta Dan, y cuenten a todos los israelitas y traíganme ese dato.


de modo que proclamaron que se celebraría la Pascua, e invitaron a todos, desde Dan hasta Berseba. Hacía mucho tiempo que no se celebraba la Pascua de acuerdo con las normas establecidas.


Siete meses después de haber regresado a Judá, se reunieron todos en Jerusalén. Para ese entonces ya todos estaban ubicados en sus ciudades.


El día primero del mes séptimo todo el pueblo se reunió en la plaza que está frente a la puerta de las Aguas, para pedirle a Esdras, el jefe religioso, que leyera la ley que Dios les había dado por medio de Moisés. El sacerdote Esdras sacó el rollo de las leyes de Moisés. Se paró sobre un estrado de madera hecho especialmente para la ocasión, de modo que todos pudieran verlo mientras leía. Estaba ante la plaza que queda frente a la puerta de las Aguas, y leyó desde que amaneció hasta el mediodía. Todos se pusieron de pie cuando él abrió el rollo. Los que tenían edad para entender, escuchaban con mucha atención. A su derecha estaban de pie Matatías, Semá, Anías, Urías, Jilquías, y Maseías. A su izquierda estaban Pedaías, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán.


Jeremías volvió entonces a donde estaba Guedalías y vivió en Judá con el pueblo que se había quedado en el país.


Cuando Israel llegó a la tierra de Jazer y Galaad, las tribus de Rubén y Gad (que tenían grandes rebaños de ovejas) notaron que era un país hermoso para el pastoreo,


Moisés, entonces, dio Galaad a los maquiritas.


Tierra asignada por sorteo a la media tribu de Manasés, hijo mayor de José: El clan de Maquir, hijo mayor de Manasés y padre de Galaad, que era hombre de guerra, recibió la tierra de Galaad y de Basán en la ribera oriental del río Jordán.


se reunieron (el ejército) en Siló y se prepararon para ir a ofrecer batalla a sus propios hermanos.


Los guerreros de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés dejaron al resto del ejército de Israel en Siló en tierra de Canaán, y cruzaron el río Jordán hacia sus tierras en Galaad.


Los amonitas acamparon en Galaad, mientras que la gente de Israel lo hizo en Mizpa.


Entonces Jefté aceptó la comisión y fue hecho comandante en jefe y rey. El contrato fue ratificado delante del Señor en Mizpa, en una asamblea general de todo el pueblo.


Cuando Jefté regresó a su casa, su hija, su única hija, corrió a su encuentro tocando el tamboril y danzando de alegría.


La ciudad fue llamada Dan, en honor a su antepasado, el hijo de Israel, pero anteriormente se llamaba Lais.


Todos los hombres de Israel se juntaron contra la ciudad,


Antes de la batalla, los israelitas fueron a Betel a pedir consejo a Dios. ―¿Qué tribu nos guiará contra el pueblo de Benjamín? —le preguntaron. Y el Señor respondió: ―Judá irá delante.


Entonces todos los israelitas subieron a Betel y lloraron delante del Señor, y ayunaron hasta la tarde, ofreciendo holocaustos y sacrificios de paz.


Y como un solo hombre respondieron: ―Ninguno de nosotros regresará a casa


Y decían entre ellos: «¿Hubo alguna tribu de Israel que no estuviera representada cuando tuvimos nuestro consejo delante del Señor en Mizpa?». En aquella ocasión se había acordado por juramento solemne que quien se negara a asistir «debía morir».


Samuel convocó a todo Israel en Mizpa


Y todo Israel desde Dan a Berseba sabía que Samuel iba a ser un profeta del Señor.