»¿Por qué no clama el pueblo ante su Dios, diciendo: “Hemos pecado, pero nos apartaremos del mal”.
Juan 8:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ella dijo: ―Nadie, Señor. ―Yo tampoco te condeno. Vete y no vuelvas a pecar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Biblia Nueva Traducción Viviente —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más. ---------- Biblia Católica (Latinoamericana) Ella contestó: 'Ninguno, señor. Y Jesús le dijo: 'Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella respondió: 'Nadie, Señor'. Díjole Jesús: 'Pues tampoco yo te condeno; vete, y desde ahora en adelante no peques más'.] Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. |
»¿Por qué no clama el pueblo ante su Dios, diciendo: “Hemos pecado, pero nos apartaremos del mal”.
El que disimula su pecado no prosperará; pero el que lo confiesa y lo deja, obtendrá misericordia.
Este es el momento oportuno para buscar al Señor. Ahora que está cerca es cuando deben llamarlo.
¡No! ¡Y si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también morirán!».
Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».
Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y lo hemos encontrado”».
Les digo que lo mismo pasa en el cielo: hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Yo no he venido a llamar a los justos para que se arrepientan, sino a los pecadores.
Jesús contestó: ―Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores pelearían para que no me entregaran a los judíos. Pero mi reino no es de este mundo.
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
Jesús encontró después al hombre en el templo y le dijo: ―Mira, ahora ya estás sano. No vuelvas a pecar porque te puede ocurrir algo peor.
Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie.
¿No te das cuenta de que por las riquezas de su generosidad, bondad y paciencia ha estado aguardando sin castigarte para darte tiempo a que te apartes de tus pecados?
¿Acaso me corresponde a mí juzgar a los de afuera? Pero ciertamente tenemos la responsabilidad de juzgar a los de adentro.
»Designa jueces y funcionarios administrativos en todas las ciudades que el Señor tu Dios te da. Ellos administrarán la justicia en todo el país.
a los sacerdotes y levitas, y al juez que esté de turno en esos días, para que lleguen a una decisión.
Recuerden que si no ha venido todavía es porque nos está concediendo tiempo para nuestra salvación. Nuestro sabio y amado hermano Pablo ya les ha hablado de esto en muchas de sus cartas. Algunos de sus comentarios no son fáciles de entender. Por eso, los ignorantes y los inconstantes tuercen su significado (así como también el de otros pasajes de las Escrituras) con lo que se labran su propia destrucción.