»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas!, pero no quisiste.
Juan 5:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No se trata de que yo necesite el testimonio de un hombre; más bien digo esto para que ustedes sean salvos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. Biblia Nueva Traducción Viviente Por supuesto, no necesito testigos humanos, pero digo estas cosas para que ustedes sean salvos. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por hombres. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Yo no recibo el testimonio de parte de un hombre, pero digo esto para que vosotros seáis salvos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No es que yo pretenda obtener de un hombre testimonio en mi favor; si os lo recuerdo, es para que os salvéis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo no recibo el testimonio de hombre; pero digo esto para que vosotros seáis salvos. |
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas!, pero no quisiste.
En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.
Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.
Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.
Pero es otro el que habla en mi favor, y me consta que tiene valor el testimonio que él da de mí.
Jesús les respondió: ―Si yo me doy gloria a mí mismo, mi gloria no sirve de nada. Pero el que me da la gloria es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios.
Amados hermanos, el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios es que el pueblo de Israel se salve.
En cambio, Dios dijo esto acerca de Israel: «Todo el día le ofrecí ayuda a un pueblo desobediente y muy terco».
No te dejes, pues, vencer por el mal, sino vence el mal haciendo el bien.
Es cierto que muchos de ellos han sido incrédulos, pero, ¿acaso puede Dios faltar a sus promesas por esa razón?
Cuando estoy con gente débil de conciencia, me hago como ellos también con el propósito de que crean. En otras palabras, trato de acomodarme a todas las personas a fin de salvar algunas de la manera que sea posible.
Cuida estrechamente tus acciones y tus enseñanzas. Mantente fiel en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.
Y si aceptamos el testimonio de los hombres que comparecen ante los tribunales, cuánto más no hemos de creer la gran afirmación de Dios: ¡que Jesús es su Hijo!