Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios,
Juan 15:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Biblia Católica (Latinoamericana) Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. La Biblia Textual 3a Edicion Si guardáis° mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como Yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si guardáis mis mandamientos permaneceréis en mi amor, lo mismo que yo siempre he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como también yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. |
Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios,
Porque siguió al Señor en todo y obedeció cuidadosamente todos los mandamientos que él había dado por medio de Moisés.
Nadie me la quita, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo poder para entregarla, y también tengo poder para volver a recibirla. Esto es lo que mi Padre me ordenó».
Yo no he hablado por mi propia cuenta, ha sido el Padre que me envió el que me ordenó qué decir y cómo decirlo,
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece, ese es el que me ama. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me mostraré a él».
Jesús le contestó: ―El que me ama, obedece mi palabra. Por eso, Dios lo amará y vendremos a vivir con él.
pero todos tienen que saber que amo al Padre y que hago lo que él me ordena. ¡Levántense, vámonos de aquí!
Yo te he glorificado en la tierra, y he cumplido con la obra que me diste para hacer.
Jesús les explicó: ―Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar el trabajo que me dio.
El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que a él le agrada.
Pero en realidad, ustedes no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco. Si yo les dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero lo conozco y obedezco su palabra.
Que el cristiano se haya circuncidado o no, no tiene importancia. Lo verdaderamente importante es guardar los mandamientos divinos.
Ahora, hermanos, les suplicamos en el nombre del Señor Jesús que cada vez vivan más como le agrada a Dios, así como lo aprendieron de nosotros. En realidad, ya lo están haciendo.
Era provechoso para nosotros tener un sumo sacerdote así como él: santo, sin maldad, intachable, apartado de los pecadores y elevado más alto que el cielo.
Mejor le hubiera sido no haber conocido el camino recto que, después de haberlo conocido, hacer a un lado el santo mandamiento que le fue dado.
¿Cómo podemos saber que conocemos a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.
En cambio, el amor a Dios se demuestra cuando obedecemos lo que él manda. Así estamos seguros de que estamos unidos a Dios.
El que afirma que está unido a Dios, debe vivir como Jesucristo vivió.
»Benditos los que lavan su ropa para tener derecho a entrar por la puerta de la ciudad y comer el fruto del árbol de la vida.