»El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.
Juan 14:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Jesús le contestó: ―Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús contestó: 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le dice: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene° al Padre sino por mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respóndele Jesús: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, sino por mí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. |
»El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.
Y la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que le pertenece al Hijo único del Padre, en el que abundan el amor y la verdad.
Por medio de Moisés recibimos la ley mientras que por medio de Jesucristo recibimos el amor y la verdad.
Yo les doy vida eterna y jamás perecerán ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.
Por eso, Jesús volvió a decirles: «Sí, yo soy la puerta de las ovejas.
Yo soy la puerta; el que entra por esta puerta, se salvará. Podrá entrar y salir, y hallará pastos.
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán.
Pilato le dijo: ―Entonces eres rey. Jesús le respondió: ―Tú eres el que dices que soy rey. Yo para esto nací y vine al mundo: para hablar de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad, me escucha.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, de la misma manera también el Hijo le da vida a quien él quiere.
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.
Yo vivo por el Padre viviente que me envió; por eso, el que come de mí, vivirá por mí.
Simón Pedro le contestó: ―Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.
y mataron al autor de la vida. Pero Dios le devolvió la vida; de ello nosotros somos testigos.
¡En ningún otro hay salvación! No hay otro nombre bajo el cielo que los hombres puedan invocar para salvarse.
para pedirle cartas de autorización para ir a cada una de las sinagogas de Damasco. Quería encontrar y llevar presos a Jerusalén a todos los que siguieran el Nuevo Camino, sin importar si eran hombres o mujeres.
para ser servidor de Cristo para bien de los gentiles. Mi deber sacerdotal es llevarles el evangelio de Dios, a fin de presentar a los gentiles ante Dios como una ofrenda que a él le agrada, porque el Espíritu Santo la ha purificado.
Por medio de él, y confiando en su promesa, participamos de ese amor que no merecemos, y en el cual nos mantenemos firmes. Incluso nos sentimos orgullosos de la esperanza de gozar de la gloria de Dios.
De la misma manera como el pecado se enseñoreó de la humanidad y la condujo a la muerte, así también la gracia de Dios reina, nos hace justos y nos da vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.
Dicen las Escrituras que el primer Adán se convirtió en un ser viviente; pero el postrer Adán, Cristo, es un Espíritu que da vida.
Porque, gracias a él, judíos y no judíos podemos acercarnos al Padre con la ayuda de un mismo Espíritu.
Estas eran sólo como sombras del que había de venir, es decir, Cristo.
En Cristo habita toda la plenitud de Dios encarnada en un cuerpo humano,
Cuando aparezca Cristo, que es la vida de ustedes, también ustedes resplandecerán con él y participarán de su gloria.
Por eso puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive para siempre y está pidiendo por ellos.
Con esto el Espíritu Santo da a entender que, mientras exista el primer santuario, todavía no se había dado a conocer el camino que conduce al Lugar Santísimo.
Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, que lo resucitó y lo llenó de gloria, para que ustedes pongan su fe y esperanza en Dios.
Acérquense a Cristo, que es la Piedra viva que los seres humanos despreciaron pero que Dios escogió y es preciosa para él. De este modo,
Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.
Si decimos que no tenemos pecado, estamos engañándonos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.
Todo el que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. Pero el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.
pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.
Nosotros sabemos que Jesús es el Hijo de Dios porque Dios lo proclamó con gran voz desde el cielo en el momento en que lo bautizaban y también cuando moría. ¡No sólo en su bautismo sino también a la hora de su muerte! Y el Espíritu Santo, siempre veraz, lo afirma también.
Todo el que se aparta de las enseñanzas de Cristo, también se aparta de Dios. El que permanece fiel a las enseñanzas, tiene al Padre y al Hijo.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, que fue el primero en levantarse de entre los muertos y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,
Vi entonces que el cielo estaba abierto y contemplé un caballo blanco cuyo jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque con justicia juzga y pelea.
Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero
El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.
»Escríbele al ángel de la iglesia en Laodicea: Este mensaje te lo envía el Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de toda la creación de Dios.
»Escríbele al ángel de la iglesia en Filadelfia: Este mensaje te lo envía el Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir.