En prueba de mi inocencia me lavo las manos y me pongo ante tu altar,
Juan 13:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Simón Pedro le dijo: ―¡Señor, entonces no sólo los pies sino también las manos y la cabeza! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, no solo los pies! —exclamó Simón Pedro. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Pedro le dijo: 'Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. La Biblia Textual 3a Edicion Le dice Simón Pedro: ¡Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dícele Simón Pedro: 'Señor, no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también mis manos y mi cabeza. |
En prueba de mi inocencia me lavo las manos y me pongo ante tu altar,
Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.
¡Oh Jerusalén, pon en orden tu vida mientras haya tiempo; aún puedes salvarte cambiando tu conducta y modo de pensar!
Cuando Pilato se dio cuenta de que no estaba logrando nada y que estaba a punto de formarse un disturbio, pidió que le trajeran una palangana de agua y se lavó las manos en presencia de la multitud. Y dijo: ―Soy inocente de la sangre de este hombre. ¡Allá ustedes!
Jesús le contestó: ―El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, pues está completamente limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
Pedro dijo: ―¡No! ¡Jamás dejaré que me laves los pies! Jesús le respondió: ―Si no te los lavo, no serás uno de los míos.
Y puesto que es así, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, ya que en nuestro interior hemos sido purificados de una mala conciencia y exteriormente hemos sido lavados con agua pura.
Y esa agua representa el bautismo que ahora a ustedes también los salva. El bautismo no es para limpiar nuestro cuerpo, sino para comprometernos con Dios a tener una buena conciencia. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,