¿No sabes que podría pedirle a mi Padre que me enviara doce mil ángeles y me los enviaría al instante?
Juan 11:42 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Yo sé que siempre me escuchas, pero lo dije para que la gente que está aquí crea que tú me enviaste. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Biblia Nueva Traducción Viviente Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste». Biblia Católica (Latinoamericana) Yo sabía que siempre me escuchas; pero yo lo digo por esta gente, porque así creerán que tú me has enviado. La Biblia Textual 3a Edicion Yo sabía que siempre me oyes, pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que Tú me enviaste. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo bien sabía que me escuchas siempre; pero lo he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. |
¿No sabes que podría pedirle a mi Padre que me enviara doce mil ángeles y me los enviaría al instante?
Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que se levantaba y salía de prisa, la siguieron. Ellos pensaban que iba al sepulcro a llorar.
Después de decir esto, gritó con todas sus fuerzas: ―¡Lázaro, sal de ahí!
pues por su causa, muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.
La gente que había estado con Jesús cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, contaba todo esto.
Te ruego que todos estén unidos. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
»Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco, y estos reconocen que tú me enviaste.
porque les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo aceptaron. Ellos están seguros que vine de ti, y han creído que tú me enviaste.
Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
Pero si lo hago, mi juicio es de acuerdo con la verdad, porque yo no juzgo por mi cuenta, sino que el Padre que me envió juzga conmigo.
El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que a él le agrada.
Jesús les contestó: ―Si en verdad Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque vine de Dios y aquí estoy. No vine por mi propia cuenta, sino porque Dios me envió.
La ley no pudo liberarnos porque nuestra naturaleza pecaminosa anuló su poder. Pero Dios envió a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro para entregarlo en sacrificio por nuestros pecados, y así destruyó el dominio del pecado sobre nosotros.
Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.
Por eso puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive para siempre y está pidiendo por ellos.
Además, con nuestros propios ojos vimos, y ahora lo proclamamos a los cuatro vientos, que Dios envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.