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Juan 10:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.

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Biblia Reina Valera 1960

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mis ovejas oyen mi voz: yo las conozco y ellas me siguen.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;

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Juan 10:27
26 Tagairtí Cros  

Una vez allí, Elías les dijo: ―¿Hasta cuándo estarán ustedes vacilando entre dos opiniones? —le preguntó al pueblo—. ¡Si el Señor es Dios, síganlo; pero si Baal es Dios, sigan a Baal!


Tan ciertamente como mi nuevo cielo y nueva tierra permanecerán, así serán ustedes para siempre pueblo mío, con un nombre que jamás perecerá.


Y dijo luego a los discípulos: ―Si alguien desea seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.


Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».


Pero el novio les respondió: “¡No sé quiénes son ustedes! ¡Váyanse!”.


Pero yo les responderé: “A ustedes nunca los conocí. Apártense de mí, porque sus obras son malignas”.


Jesús lo miró con amor y le dijo: ―Sólo te falta una cosa: ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Luego ven y sígueme.


Dicho esto, llamó a la multitud junto con sus discípulos y añadió: ―Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.


Pero él les contestará: “Ya les dije que no sé quiénes son ustedes. ¡Apártense de mí, malhechores!”.


Entonces se dirigió a todos y les dijo: ―El que quiera ser mi discípulo debe olvidarse de sí mismo, llevar su cruz cada día y seguirme,


Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí,


»Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Ellas escucharán mi voz, y formarán un solo rebaño con un solo pastor.


Todos los que vinieron antes que yo eran unos ladrones y unos bandidos, por eso las ovejas no les hicieron caso.


El que quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará el que me sirve. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.


Jesús le contestó: ―Si quiero que él siga vivo hasta que yo regrese, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme.


Les aseguro que ya viene la hora, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.


Jesús, una vez más le habló a la gente diciendo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, porque tendrá la luz de la vida.


¿Por qué no entienden lo que les hablo? Porque no pueden aceptar mi mensaje.


Y quien no lo escuche será eliminado del pueblo”.


Pero Dios sabe quién lo ama de veras.


Pero ahora que conocen a Dios, o mejor dicho, que Dios los conoce a ustedes, ¿cómo se les ocurre retroceder y volver a ser esclavos de esos poderes que no valen nada y no pueden hacer nada bueno por ustedes?


Pero la verdad de Dios es un cimiento que se mantiene firme y sólido, y tiene esta inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos, y el que adora al Señor debe apartarse del mal».


Como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes escuchan hoy su voz,


Lo podían cantar porque se mantuvieron puros como vírgenes y porque seguían al Cordero adondequiera que iba. Aquellos fueron comprados de entre la humanidad como los primeros frutos para Dios y para el Cordero.


Yo estoy siempre a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él conmigo.