¡Cómo anhela el fin de la jornada! ¡Cómo se esfuerza por llegar al fin de la semana y a su paga!
Jeremías 6:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Míralos preparándose para la batalla que comenzará a mediodía! Y aún al empezar a oscurecer continúa la batalla con toda intensidad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Anunciad guerra contra ella; levantaos y asaltémosla a mediodía. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos gritan: ‘¡Prepárense para la batalla! ¡Ataquen a mediodía!’. ‘No, ya es muy tarde; el día se acaba, y caen las sombras de la noche’. Biblia Católica (Latinoamericana) Declárenle la guerra:
¡Ea, ataquemos al mediodía!
Qué mala suerte la nuestra,
pues el día ya se acaba
y la tarde extiende sus sombras. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Proclamad guerra santa° contra ella! ¡Levantaos, y ataquemos al mediodía! ¡Ay de nosotros, porque el día declina, Porque se extienden las sombras de la tarde! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Proclamad guerra santa contra ella. Levantaos, ataquemos al mediodía. ¡Ay de nosotros, que declina el día, que se extienden las sombras del ocaso! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Preparad la guerra contra ella; levantaos y asaltémosla al mediodía. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido. |
¡Cómo anhela el fin de la jornada! ¡Cómo se esfuerza por llegar al fin de la semana y a su paga!
Antes que amanezca y huyan las sombras, ven a mí, amado mío, como una gacela o como un ciervo en los montes de especias.
Entonces habrá innumerables viudas; a mediodía traeré muerte a los muchachos y dolor a sus madres. Haré que de repente caigan sobre ellos angustia y miedo.
La madre de siete hijos flaqueará y se desmayará de dolor porque se los mataron a todos. Ella sentirá que todo se vuelve negro por el dolor que la embarga, a pesar de ser de pleno día. Allí está Jerusalén sentada como estéril, avergonzada, porque a los sobrevivientes los rematarán los enemigos, dice el Señor.
Ataquen la ciudad y causen mucho daño, pero no la destruyan del todo. Desciende a los viñedos y destrúyelos, pero deja con vida unos cuantos esparcidos. Arranca los sarmientos de cada vid, pues no son del Señor.
Son un pueblo cruel y despiadado, jinetes expertos y disciplinados, armado hasta los dientes, en pie de guerra. Es tan grande que su avance produce un escándalo como rugido de mar.
Pasó la cosecha, se fue el verano y nosotros seguimos esperando nuestra salvación.
Anuncien esto por todas partes: ¡Prepárense para la guerra! Recluten a sus mejores soldados; junten todos sus ejércitos.
Esta es la visión que Dios el Señor le mostró a Abdías en cuanto a lo que iba a hacer con Edom. Un mensajero ha sido enviado por el Señor para que les dé esta orden a las naciones: «¡Atención! ¡Envíen sus ejércitos contra Edom y destrúyanlo!».
Esto es lo que el Señor dice contra los falsos profetas, los que descarrían a este pueblo: «Ustedes le anuncian la paz a quienes les dan de comer, pero a quienes no les dan nada, les anuncian la guerra.
Gaza, Ascalón, Asdod y Ecrón, ciudades filisteas, también serán castigadas y dejadas en completa desolación.