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Jeremías 6:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 Son un pueblo cruel y despiadado, jinetes expertos y disciplinados, armado hasta los dientes, en pie de guerra. Es tan grande que su avance produce un escándalo como rugido de mar.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Arco y jabalina empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; su estruendo brama como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Están armados con arcos y lanzas; son crueles y no perdonan a nadie. Cuando avanzan montados a caballo se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla, con planes de destruirte, hermosa Jerusalén».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Llevan arcos y espadas, son crueles e inhumanos; avanzan como las olas del mar rugiente, montados a caballo, ordenados como un solo hombre para atacarte, hija de Sión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Empuñan el arco y la jabalina; Son crueles; no tienen misericordia. Su voz brama como el mar, Vienen montados sobre caballos, Como un solo hombre de guerra, Dispuestos contra ti, ¡oh hija de Sión!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre en la batalla, contra ti, hija de Sión.

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Jeremías 6:23
21 Tagairtí Cros  

pero el enemigo se detiene a pasar en Nob el resto del día. Amenaza con el puño a Jerusalén que está en el monte Sion.


El ejército atacante no se apiadará de los jóvenes de Babilonia, ni de sus infantes o niños de pecho.


¡Miren! ¡Vean los ejércitos que marchan atronadores contra la tierra de Dios!


Yo entregaré a Egipto en manos de un amo duro y cruel, un rey despiadado, dice el verdadero amo de ustedes, el Señor Todopoderoso.


¡Miren, dice el Señor de los ejércitos, mi castigo irá de nación en nación; un gran torbellino destructor alcanzará los límites más alejados de la tierra!


Todos tus amantes te han abandonado y ya no te tienen ningún cariño; porque cruelmente los he herido, como si fuese enemigo suyo; sin misericordia, como si fuese un implacable adversario; porque sus pecados son muy numerosos, y su culpa muy grande.


Y ese viento es la imagen del enemigo, quien se dejará venir sobre nosotros como si fuera viento de tormenta. Sus carros de guerra parecerán un torbellino, sus caballos son más veloces que las águilas. ¡Ay de nosotros, pues no tenemos ninguna posibilidad de salir bien librados ante semejante ejército!


Adviertan a toda nuestra gente que el enemigo viene desde muy lejos gritando amenazas e insultos contra Jerusalén y las ciudades de Judá.


Debido a estas acciones guerreras todos los habitantes de la ciudad huyen aterrorizados, tratando de escapar del retumbo de los ejércitos en marcha que se acercan, disparando sus flechas contra todos los habitantes. El pueblo huye a los montes y se oculta en los matorrales. Toda la ciudad ha quedado abandonada.


Mortíferas son sus armas, todos sus hombres son grandes guerreros.


¡Allá vienen! ¡Es un gran ejército que marcha desde el norte! Lo acompañan muchos reyes venidos desde diversos países.


Armados hasta los dientes, vienen a la matanza; son crueles e implacables; su grito de guerra retumba como el mar que se estrella contra las rocas. ¡Ay Babilonia, vienen en sus carros de guerra a presentarte batalla!


¡Míralos preparándose para la batalla que comenzará a mediodía! Y aún al empezar a oscurecer continúa la batalla con toda intensidad.


Se escucha gran escándalo de guerra viniendo del norte. Todo el mundo se llena de espanto al acercarse el terrible ejército, pues viene el enemigo y a su paso acaba con todo cuanto halla, ciudades y gente por igual.


Descargaré mi cólera de tal manera que parecerá un fuego avasallador; y los entregaré en manos de hombres crueles, experimentados en la destrucción.


»El Señor traerá contra ti una nación distante que vuela con la rapidez del águila y cuyo idioma no entiendes,


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