Entonces por fin Moab será avergonzado debido a su ídolo Quemós, tal y como lo fue Israel por su idolátrico becerro en Betel.
Jeremías 48:39 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Cómo quedó quebrantada! ¡Oigan sus gemidos! ¡Miren la vergüenza de Moab! Porque ella constituye ahora ejemplo de horror y burla para sus vecinos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¡Lamentad! ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a todos los que están en sus alrededores. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Cómo quedó hecha añicos! ¡Escuchen los lamentos! ¡Miren la vergüenza de Moab! Se ha vuelto objeto de burla, ejemplo de ruina para todos sus vecinos». Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo es posible que Moab haya sido destruido y que, humillado, haya tenido que volver la espalda? ¿Por qué Moab se ha convertido en objeto de burla y de espanto para todos sus vecinos? La Biblia Textual 3a Edicion ¡Lamentad! ¡Cómo está quebrantado! ¡Cómo dio Moab la espalda avergonzada! Así será Moab motivo de burla y desaliento para todos sus vecinos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ay cómo ha sido destrozado! ¡Ay cómo ha vuelto vergonzosamente la espalda Moab! Moab será la irrisión y el horror de todos los que le rodean. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Aullarán, diciendo: ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y fue avergonzado! Y Moab será escarnio y espanto a todos los que están en sus alrededores. |
Entonces por fin Moab será avergonzado debido a su ídolo Quemós, tal y como lo fue Israel por su idolátrico becerro en Betel.
¡Amigos de Moab: sollocen y lloren por ella! ¡Vean cómo es destrozada la hermosa y fuerte, la famosa!
Las calles de Jerusalén donde antes siempre había un feliz alboroto están ahora en silencio. La que era gran señora ahora es como una viuda que se sienta a llorar su soledad. La que era reina de pueblos ahora es la criada.
El Señor oscureció a Sion, pues su enojo era como una nube oscura; acabó con la hermosura de Israel hasta volverla nada. En el día de su enojo, ni siquiera se acordó de la posición de privilegio que goza esta ciudad.
¡Cómo se ha opacado el oro! ¡Cómo ha perdido su brillo el más fino oro! ¡Regadas por las esquinas de las calles se han quedado las joyas sagradas!