Yo pelearé contra esta ciudad de Jerusalén, que se ufana diciendo: «Estamos a salvo, aquí nadie puede tocarnos».
Jeremías 22:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Seguro que es muy bonito vivir con elegancia en un hermoso palacio construido con madera de cedro del Líbano, pero pronto llorarás y gemirás angustiado como mujer a punto de dar a luz. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto! Biblia Nueva Traducción Viviente Puede que sea lindo vivir en un palacio magnífico, recubierto con madera de cedros del Líbano, pero pronto gemirás con punzadas de angustia, angustia como la de una mujer con dolores de parto. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú, que hiciste tu casa en el Líbano, que anidabas entre los cedros, ¡cómo te irás a quejar cuando sientas dolores y angustias como de una mujer que da a luz! La Biblia Textual 3a Edicion Oh moradora del Líbano, Que haces tu nido en los cedros, ¡Cuán lastimosa serás cuando te acometan las angustias, Los dolores como de parturienta! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, que moras en el Líbano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh habitante del Líbano, que haces tu nido en los cedros: ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de mujer que está de parto! |
Yo pelearé contra esta ciudad de Jerusalén, que se ufana diciendo: «Estamos a salvo, aquí nadie puede tocarnos».
Porque este es el mensaje del Señor respecto a la familia real: Te quiero tanto como a la fructífera Galaad y a los verdes bosques del Líbano, pero te destruiré y te dejaré desierta y deshabitada.
En lo alto de los montes que el viento azota oigo voces que gritan a todo pulmón. Son los hijos de Israel que le dieron la espalda al Señor su Dios y se alejaron.
Pueblo de Moab, huye de tus ciudades y mora en cuevas como paloma que hace su nido en la hendidura de las peñas.
Tu fama y tu orgullo son sólo un engaño, moradora de los montes de Petra, tú que vives en las hendiduras que hay entre las rocas. Pero aunque mores en las montañas más altas con las águilas, yo de ahí te haré caer, dice el Señor.
La fama de sus ejércitos hemos oído, y el miedo nos debilita. El miedo y el dolor nos atenazan como a mujer a punto de dar a luz.
»Una gran águila con alas anchas y de un plumaje de varios colores, muy poderosa, vino del Líbano
Yo los abandonaré y volveré a mi hogar, hasta que ellos admitan su culpa y miren hacia mí en busca de ayuda. ¡Sí, en medio de su aflicción me buscarán!».
»Se acuestan en sus camas a gemir por su desgracia, pero no oran a mí con sinceridad. Cuando no tienen trigo ni vino, se hacen heridas en el cuerpo para solicitar ayuda a los ídolos, y no dejan de ser rebeldes.
Aunque hagan un hueco y traten de bajar a lo más profundo de la tierra, hasta allí iré a buscarlos y los sacaré para darles su merecido; aunque pudieran subir al cielo intentando escapar, yo los haría descender para darles el castigo que se merecen.
¡No seas necio! Aunque te encumbres tan alto como las águilas, y pongas tus ciudades en zonas tan altas y aparentemente seguras, ahí llegaré para castigarte», dice el Señor.
»¡Pobre de ti, Babilonia! Te hiciste rica con los bienes de otros y pensaste que ningún mal te alcanzaría por haber puesto tu residencia en zona muy alta y bien protegida.
A continuación miró hacia los ceneos: «Sí, están en una situación de fuerza, tienen su nido entre las rocas.