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Oseas 7:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 »Se acuestan en sus camas a gemir por su desgracia, pero no oran a mí con sinceridad. Cuando no tienen trigo ni vino, se hacen heridas en el cuerpo para solicitar ayuda a los ídolos, y no dejan de ser rebeldes.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

14 Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 En lugar de invocarme con corazón sincero, se quedan sentados en sus sillones y se lamentan. Se hacen cortaduras en el cuerpo y suplican grano y vino nuevo a dioses ajenos y se alejan de mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Se lamentan en sus lechos, pero no se acuerdan de invocarme sinceramente; se asustan porque les va a faltar el trigo o el vino, pero continúan alejados de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Aun cuando gimen en sus lechos, no claman a mí de corazón; Se apartan de mí y se reúnen para el trigo y para el vino.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 No me invocan con su corazón, cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mosto se hacen incisiones, se rebelan contra mí.

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Oseas 7:14
23 Tagairtí Cros  

A la mañana siguiente madrugaron y comenzaron a presentar holocaustos y ofrendas de paz. Luego de comer y beber, se entregaron a la diversión.


Y entonces el Señor dice: Puesto que este pueblo dice que me pertenece pero no me obedece, y puesto que su adoración se limita a palabras y repeticiones de fórmulas de memoria,


Y ahora ¿qué ocurre?, pregunta el Señor. ¿Por qué vuelve mi pueblo a estar cautivo y oprimido sin causa alguna? Quienes lo gobiernan se burlan de ellos, y me insultan día tras día.


llorarán de dolor, disgusto y desesperación, mientras ellos cantan de júbilo.


Tú los plantas, ellos agarran suelo y sus iniciativas prosperan. Sus ganancias se multiplican y ellos se enriquecen. Dicen: «¡Gracias a Dios!», pero en su corazón no te lo atribuyen a ti.


Luego, más tarde, esta infiel «regresó» a mí, pero su «arrepentimiento» era fingido, dice el Señor.


¡Clama al Señor, Jerusalén! ¡Oh bella ciudad amurallada, capital de Sion! ¡Que tus lágrimas corran con abundancia! ¡No dejes de llorar ni de día ni de noche!


Samaria debe llevar su culpa, pues se ha rebelado contra su Dios. Su pueblo será arrasado por el ejército invasor, sus bebés serán estrellados contra el suelo y a las mujeres embarazadas les abrirán el vientre.


Pero cuando llegaron a la tierra próspera y comieron hasta quedar satisfechos, entonces se volvieron orgullosos y se olvidaron de mí.


»Israel, si yo te destruyo, ¿quién podrá salvarte?


Entonces el Señor me habló por segunda vez, y me dijo: «Ve y busca a tu esposa de nuevo, y tráela de vuelta contigo y ámala, aunque ella ame a otro hombre. ¡Porque así es como el Señor ama a los israelitas, aunque ellos han preferido rendir homenaje a otros dioses y participan de las comidas especiales que les ofrecen!».


Ahora Israel implora, diciéndome: “¡Ayúdanos porque tú eres nuestro Dios!”.


Sobre cualquier altar se acuestan sobre la ropa que los pobres tuvieron que dejar empeñadas, y en el templo de sus dioses beben vino adquirido con el cobro de multas injustas.


El día que lo castigue, en el templo se entonarán cantos fúnebres en vez de alabanzas alegres. Serán tantos los muertos que habrá cadáveres por todas partes, y serán sacados fuera de la ciudad en silencio, con mucha pesadumbre. Lo ha dicho Dios el Señor.


Si un falso profeta viniera y les dijera: «Les anunciaré cosas muy lindas a cambio de alguna botella de vino», seguro que ustedes lo recibirían con los brazos abiertos.


«Cuando regresen a Betel, digan a su pueblo y a sus sacerdotes: “Durante los setenta años de exilio, cada vez que ayunaron y se humillaron en los meses quinto y séptimo, ¿lo hacían pensando sinceramente en dejar de cometer maldades y ser fieles a mis instrucciones? ¡No, de ninguna manera!


Esos maestros no están trabajando para Cristo nuestro Señor, sino para su propio beneficio. Le hablan a la gente con palabras bonitas y engañan fácilmente a los ingenuos.


El futuro de ellos es la destrucción, porque su dios es su propio apetito y están orgullosos de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo.


Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propios placeres.


Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡Lloren y griten por todas las desgracias que van a sufrir!


a tal grado que salieron a vendimiar sus viñas. Luego pisaron las uvas y celebraron la fiesta de la cosecha en el templo de un dios local. El vino corría libremente y todos empezaron a maldecir a Abimélec.


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