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Jeremías 3:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 En lo alto de los montes que el viento azota oigo voces que gritan a todo pulmón. Son los hijos de Israel que le dieron la espalda al Señor su Dios y se alejaron.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

21 Voz fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se han olvidado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Se escuchan voces en las alturas de las montañas desoladas, el llanto y las súplicas del pueblo de Israel. Pues han escogido caminos torcidos y se han olvidado del Señor su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Sobre las lomas peladas se oyen unos gritos, son las súplicas llenas de lágrimas de los hijos de Israel porque perdieron el camino, olvidándose de Yavé, su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Escuchad! Sobre los altos montes se oye el llanto suplicante de los hijos de Israel, Que han torcido su camino, Olvidados de YHVH, su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 ¡Escuchad! En las colinas se oye el llanto y plegarias de los hijos de Israel, porque erraron su camino, olvidaron a Yahveh, su Dios.

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Jeremías 3:21
24 Tagairtí Cros  

Y el hombre le declarará a sus amigos: “Pequé, pero Dios me dejó libre.


El hombre íntegro anda seguro, pero el perverso acabará mal.


Por su propia necedad el hombre puede echar a perder su vida y luego echarle la culpa al Señor.


Tu pueblo en Dibón irá doliente a sus templos para llorar por el destino de Nebo y Medeba. En señal de duelo se rasurarán la cabeza y se cortarán la barba.


¿Por qué? Porque se han apartado del Dios que puede salvarlos, la Roca que puede esconderlos. Por lo tanto, aunque hagan raros y valiosos cultivos,


¿Por qué les tienen más temor a esos dioses que a mí? ¿Por qué no me consagran ni la sobra de un recuerdo? ¿Será porque he sido demasiado bueno, y por eso no me temen?


Ejércitos destructores saquean la tierra. El Señor se vale de ellos como si fueran una espada y con ella causa gran destrozo. ¡No hay donde ocultarse de la destrucción; nadie escapará!


En eso se puede confiar porque pasa con regularidad, pero no en mi pueblo. Porque me han abandonado y puesto su confianza en ídolos que no sirven para nada. Se han alejado de una vida honesta y ahora viven dedicados a cometer toda clase de delitos.


¿Cómo pueden desconocer así a su Dios? ¿Podrá una muchacha olvidar arreglarse linda? ¿Qué novia tratará de ocultar lo más lindo de su ajuar? ¡Pero por largos años mi pueblo se ha olvidado de mí, del más precioso de sus tesoros!


¿Habrá en todo el país sitio en que no hayas sido deshonrada por tus adulterios, es decir, tu adoración de esos otros dioses? Te sientas como prostituta en espera de cliente al lado del camino. Te sientas sola como acostumbran hacerlo los beduinos del desierto. Has corrompido la tierra con tu indigna prostitución.


Lágrimas de gozo les correrán por las mejillas, y con mucha suavidad los conduciré a su hogar. Andarán junto a serenas corrientes de agua sin tropezar. Porque yo soy Padre para Israel, y Efraín es mi hijo mayor.


¡Oh Jerusalén, rápate la cabeza en señal de vergüenza y llora solitaria sobre los montes, porque el Señor ha rechazado y abandonado a este pueblo, quien ha provocado su enojo!


»”Por cuanto te has olvidado de mí y me has dado la espalda, deberás soportar las consecuencias de toda tu maldad”.


Cualquiera que logre escapar estará solitario como si fuera una paloma escondida en las montañas, cada uno llorando por sus propias maldades.


Pero cuando llegaron a la tierra próspera y comieron hasta quedar satisfechos, entonces se volvieron orgullosos y se olvidaron de mí.


»Israel ha edificado grandes palacios; Judá ha construido grandes fortalezas de defensa para sus ciudades, pero se ha olvidado de su Hacedor. Por lo tanto, yo enviaré fuego sobre esos palacios y quemaré esas fortalezas».


Escuchen esto, líderes de Israel, que odian la justicia y tuercen las intenciones y las obras justas,


―¿Por qué golpeaste a tu burra tres veces? —le preguntó el ángel—. He venido para detenerte porque vas caminando hacia la destrucción.


Dios a veces permite que nos vengan tristezas para impulsarnos a apartarnos del pecado y tener la salvación. Jamás debemos quejarnos de estas tristezas. Pero las tristezas del mundo sólo producen muerte.


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