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Jeremías 15:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Son tus palabras las que me dan ánimo y consuelo; ellas son como alimento para mi vida desesperada, traen alegría a mi corazón triste y me deleitan. ¡Qué orgulloso estoy de contribuir para que tu nombre se vuelva más famoso, oh Señor de los ejércitos!

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Biblia Reina Valera 1960

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh, Yavé Sabaot!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; Y tu Palabra° fue para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque tu Nombre es invocado sobre mí, ¡Oh YHVH, ’Elohim Sebaot!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aparecían tus palabras y yo las devoraba; tu palabra era mi gozo y la alegría de mi corazón, pues sobre mí se invocaba tu nombre, Yahveh, Dios Sebaot.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se hallaron tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque soy llamado por tu nombre, oh Jehová Dios de los ejércitos.

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Jeremías 15:16
13 Tagairtí Cros  

Entonces el pueblo se fue a hacer fiesta y a compartir sus comidas y bebidas con sus amigos. Fue ocasión de gran fiesta y gozo, porque podían oír y entender las palabras del libro de la Ley.


No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.


Tus decretos son mi tesoro; son el deleite de mi corazón.


Me deleitaré en tus normas y no olvidaré tu palabra.


Ellas son para mí más valiosas que millones en oro y plata.


¡Oh, cuánto amo tu ley! Pienso en ella todo el día.


Son más deseables que el oro, más que el oro refinado. Son más dulces que la miel que destiló del panal.


¿No tienes poder para salvarnos? ¡Oh Señor, tú estás aquí en nuestro medio, y nosotros nos identificamos con tu nombre, como pueblo tuyo se nos conoce! ¡Oh Señor, no nos abandones ahora!


Escucha, hombre mortal, lo que yo te diré. ¡No seas tú también rebelde! ¡Abre la boca y come lo que te daré!».


Esta gente dice también: «¿Acaso creen que la descendencia de Jacob está maldita? ¿Creen que Dios ha dejado de ser paciente con nosotros? ¿Acaso las palabras del Señor no son siempre para nuestro bien? ¡Nunca nos irá mal, pues somos el pueblo justo!».