Al amanecer tiene aspecto muy vigoroso y viril; como planta verde, sus ramas se extienden por el jardín.
Jeremías 11:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Eran como lozanos olivos para el Señor, se veían muy hermosos y estaban siempre llenos de buen fruto. Pero ahora el Señor ha enviado contra ellos la furia de sus enemigos para prenderles fuego y dejarlos convertidos en ramajes humeantes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo, el Señor, antes los llamaba olivo frondoso, hermoso a la vista y lleno de buen fruto. Pero ahora he enviado el furor de sus enemigos para quemarlos con fuego y dejarlos carbonizados y quebrantados. Biblia Católica (Latinoamericana) Olivo verde, hermoso por su fruto magnífico, éste era el nombre que te había puesto Yavé. Pero con gran estrépito, le prendió fuego a su follaje y se han quemado sus ramas. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH te ha llamado olivo verde de excelente fruto, Pero al son de un recio estrépito, hizo prender fuego en él, Y sus ramas quedaron arruinadas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Olivo verde, hermoso, de espléndido fruto, te llamaba Yahveh. Al ruido de un estrépito enorme, le prendió fuego, y sus ramas se quemaron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Olivo verde, hermoso en fruto y en parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de gran estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas. |
Al amanecer tiene aspecto muy vigoroso y viril; como planta verde, sus ramas se extienden por el jardín.
Pero yo soy como olivo que florece en la casa del Señor. Confío en el gran amor de Dios para siempre jamás.
Porque nuestros enemigos nos han destrozado y quemado. ¡Que perezcan ellos con un solo movimiento de tus ojos!
¿No escuchas el tumulto de tus enemigos? ¿No ves lo que hacen estos hombres altivos que te detestan?
Mi pueblo es como secas ramas de árbol, quebradas y puestas como leña debajo de las ollas. Son una nación necia, un pueblo fatuo e insensato, puesto que se aparta de Dios. Por lo tanto, no se apiadará de sus habitantes el que los hizo, ni les mostrará misericordia.
¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Cómo pudo ser? Porque cuando yo los planté, elegí cuidadosamente la semilla: era la mejor. ¿Por qué te has convertido en esta degenerada raza de malvados, como si procedieran de una malísima semilla?
Yo mismo te destruiré por haber cometido tantas maldades, dice el Señor. Destruiré todo, incluso encenderé un fuego en los bosques que quemará cuanto halle a su paso, hasta lo que se encuentra en la periferia.
Así que el Señor Dios dice: ¡Mi ira, sí, mi cólera derramaré sobre este sitio: personas, animales, árboles y plantas serán consumidos por el fuego de mi ira, que nadie podrá apagar!
Volverá a crecer como si fuera un árbol frondoso. Sus ramas se extenderán y serán tan hermosas como las de los olivos y tan fragantes como los cedros del Líbano.
El hacha está lista para talar los árboles que no den fruto y arrojarlos al fuego.
El que no está unido a mí lo echan fuera y se seca. Así como le pasa a las ramas que se recogen, se echan al fuego y se queman.
Los olivos crecerán por doquier, pero no habrá suficiente aceite para ungirte, porque los árboles dejarán caer el fruto antes de que haya madurado.
Los dos profetas en cuestión eran los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Señor de la tierra.