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Jeremías 11:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

15 ¿Qué derecho tiene mi pueblo para seguir acudiendo a mi templo? Porque han sido infieles adorando otros dioses. ¿Podrán ahora las promesas y los sacrificios desviar el castigo que les espera y volver a contar con vida y alegría?

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 ¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones? ¿Crees que los sacrificios y las carnes santificadas de las víctimas pueden evitarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de eso?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 »¿Qué derecho tiene mi amado pueblo de ir a mi templo cuando ha cometido tantas inmoralidades? ¿Acaso sus votos y sacrificios pueden evitar su destrucción? ¡En realidad se alegran en hacer lo malo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¿Qué viene a hacer mi amada en mi Casa? ¡Su manera de actuar es pura viveza! ¿Crees que los votos y las carnes consagradas te limpiarán de tu maldad o que te podré purificar por todo eso?

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¿Qué busca mi amado° en mi Casa, después de haber tramado tantas intrigas? ¿Podrá la grosura° y la carne inmolada apartar de ti la adversidad, Para que lo celebres con gritos estrepitosos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¿Qué busca mi amada en mi casa? Su modo de obrar es pura doblez. ¿Votos y carne consagrada apartarán de ti la desgracia, de modo que puedas regocijarte por ello?

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Jeremías 11:15
29 Tagairtí Cros  

Pero al malvado dice Dios: No recites más las leyes mías y deja de fingir que me obedeces,


Emplea tu vigorosa diestra para librarnos y rescata a tu amado pueblo.


El necio se divierte haciendo el mal; la diversión del sabio es su sabiduría.


El Señor detesta las ofrendas de los malvados, pero se deleita en las oraciones del justo.


de los que se gozan en hacer el mal y festejan sus pecados,


El Señor detesta los sacrificios de los malvados, especialmente cuando los hacen con mala intención.


Como loco que lanza flechas encendidas,


El que no presta atención a la ley aun sus oraciones son detestables.


El Señor pregunta: ¿Los entregué yo en manos de mis acreedores? ¿Será por eso que no están presentes? ¿Está ausente su madre porque yo me divorcié de ella y la despedí? No, se han entregado ustedes mismos por sus pecados, y a su madre se la llevaron en pago de sus deudas.


Luego el Señor dijo: He abandonado a mi pueblo, mi propiedad; en manos de sus enemigos he entregado lo que más amo.


¡Cuán bajo has caído, pueblo mío! Por todos lados hay señales de tu alejamiento de mí, tu deslealtad para conmigo y tu abominable culto a los ídolos en los campos y colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Cuándo podrás ser nuevamente pura?


Entonces el Señor me dijo: Aun si Moisés y Samuel vinieran ante mí a rogarme por este pueblo, yo no les ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Échalos de mi presencia!


Ve y grita lo siguiente en las calles de Jerusalén: El Señor dice: Yo recuerdo que hace tiempo anhelaban agradarme como joven enamorada, ¡cómo me amaban y me seguían hasta por estériles desiertos!


Tanto profetas como sacerdotes son hombres malvados y mentirosos, ¡y hasta cuando están en el templo!, dice el Señor.


¡Oh hijos que se han alejado de mí, regresen, pues yo soy su Señor y quiero llevarlos de regreso a la tierra de Israel, uno de aquí, otro de allá, en dondequiera que estén esparcidos,


pero no puso atención aunque vio que yo me divorcié de la infiel Israel. Ahora también Judá me ha dejado y se ha entregado a la prostitución, pues ha acudido a otros dioses para adorarlos.


Entonces el Señor me habló por segunda vez, y me dijo: «Ve y busca a tu esposa de nuevo, y tráela de vuelta contigo y ámala, aunque ella ame a otro hombre. ¡Porque así es como el Señor ama a los israelitas, aunque ellos han preferido rendir homenaje a otros dioses y participan de las comidas especiales que les ofrecen!».


Pero cuando el rey fue a ver a los convidados, vio que uno no traía puesto el vestido de boda que había comprado para los invitados.


Cuando vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces dijo a gran voz: ―¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!


Hoy día muchos israelitas son enemigos de Dios, pero esto los ha beneficiado a ustedes. Sin embargo, Dios aún ama a los israelitas porque eligió a los patriarcas.


al amor no le gustan las injusticias y se regocija cuando triunfa la verdad.


El que es puro de verdad, todo lo ve puro; pero los que tienen el corazón podrido y lleno de incredulidad lo ven todo malo, porque su mente y su conciencia corrompidas desfiguran lo que ven.


Pero a ustedes les gusta hablar con orgullo, y ese orgullo es malo.


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